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Prueba del Audi A7 Sportback 3.0 BiTDI competition: alfombra voladora

Asocia cambio automático de 8 relaciones, tracción total quattro y un motor diésel de 326 CV. Ya no es el más moderno de su tipo, pero mantiene la forma y sigue siendo tan exclusivo como siempre. Con esta combinación cuesta 88.650 euros

Madrid Actualizado: Guardar
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El Audi A7 Sportback es una gran berlina coupé competidora de modelos tipo BMW Serie 6 Gran Coupé, Mercedes CLS o Porsche Panamera. Según variantes, también se las ve con el Maserati Quattroporte. Llegó al mercado en 2010, aunque años después recibió un conjunto de mejoras.

Hemos incluido bajo estas líneas una imagen del Audi 100 Avant de 1977. Y es que, en gran medida, su concepto hatchback, con un apaisado porton trasero, encuentra traslación en el A7 Sportback, éste desde una perspectiva más suntuosa. Sirva como detalle que sus puertas carecen de marco, de modo que las ventanillas quedan al aire, de nuevo al mejor estilo coupé.

El A7 Sportback es un coche grande. Mide casi 5 metros de largo, con la distancia entre ejes de un Audi A6

. Es, de paso, un producto muy exclusivo, ya sea por precio, porque es un automóvil poco visto, por sus elevadas calidades, estándar tecnológico, potencia...

En julio de 2014, y al hilo de los 25 años de motores Audi TDI, la marca introdujo novedades en el propulsor de gasóleo Clean Diesel 3.0 V6 biturbo de la unidad probada. Le ganó 6 CV, hasta fijar 326 CV. Además, con la función boost que activa durante unos segundos acelerando a fondo arroja 20 CV extra. Y mientras, el par límite se cifra en unos poderosos 650 Nm, y es fijo de 1.400 a 2.800 rpm. Una fuerza intensa y persistente.

Audi 100 Avant de 1977
Audi 100 Avant de 1977

El coche supera la normativa de emisiones EU6 y anuncia 6,1 l/100 km (162 g/km), aunque en la práctica, y ante uso mixto ciudad/carretera, se mueve en un promedio real de 8,5 l/100 km. Más elevado, sí, pero asumible en un producto de casi 90.000 euros que supera las 2 toneladas.

Los propietarios del A7 Sportback 3.0 TDI competition analizado, que por cierto acelera de 0 a 100 km/h en poco más de 5 segundos (un registro realmente deportivo) y permite cruceros rápidos y solventes, aún yendo bien cargado, disfrutarán de una extensa dotación de serie.

Un equipamiento coronado por el llamado S line sport Package de serie: comprende chasis 20 mm más bajo, llantas 20 pulgadas (de 21 por unos 1.100 euros), cubiertas 264/35, pinzas de freno rojas y discos de 17 pulgadas, faros LED...

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Y junto a todo esto, detalles decorativos lacados en negro como terminales de escape, parrilla al completo, carcasas de retrovisores, 4 tonalidades específicas de carrocería y, ya dentro, tapicería de cuero Valcona, asientos deportivos (opcionales por 2.070 euros), techo negro en Alcántara, molduras decorativas de aluminio y madera oscura inspirados en el mundo de la náutica...

Como extra, el A7 Sportback 3.0 TDI competition puede contar con MMI Navigation plus con funciones adicionales, equipo de visión nocturna (2.450 euros) o un excelente alumbrado Matrix LED (1.050 euros), muy recomendable y que permite ir siempre en largas sin riesgo a deslumbrar.

El coche ofrece buena accesibilidad y habitabilidad para 4 adultos (5 asientos por unos 400 euros). Y el maletero ofrece una capacidad muy buena (desde 535 litros), pero lo apaisado de la zaga, que asegura una silueta muy deportiva, no permite introducir objetos muy altos, sobre todo en el extemo más retrasado.

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Se ve y aprecia moderno (el alerón posterior, por ejempolo, se eleva a ritmo fuerte para ganar sustentación, como en los Porsche y compañía), pero no el que más en Audi. Los mandos de la climatización, por ejemplo, quedan bajos y poco visibles, mientras que la instrumentación, aún con una pantalla digital central que muestra alternativamente datos de consumo o mapa de navegación a color, no iguala la sofisticación del Audi Virtual Cockpit de productos más modernos como el remozado A3 o los últimos A4 y TT.

A cambio, y por 1.980 euros, adapta suspensión neumática de altura y firmeza vriables. Un plus que apuntala un dinamismo sin tacha en un modelo fácil de conducir y maniobrar (11,9 metros de diámetro de giro entre bordillos) que, por cierto, camufla con eficacia sus elevados tara y tamaño.

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¿Merece la pena? En conjunto, sí, pero con algún matiz. Su veteranía (casi 7 años en el mercado equivale al comienzo de su ocaso comercial) es un grado en cuanto a fiabilidad y puesta a punto.

Es lujoso y confortable, y también altamente personalizable a golpe de talonario. Por ejemplo, por 2.800 euros acopla sistema multimedia en las plazas traseras con tablet incluidas, y por 1.365 euros receptor de televisión.

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También es rápido, frena y se tiene de maravilla, con maneras no lejanas a las de todo un referente como el paradigmático Porsche Panamera. Su terminación (las puertas suenan y sellan con rotundidad, los ajustes son milimétricos, los asientos sujetan de primera...) brilla al mejor nivel y hasta "ronronea" con cierto desparpajo deportivo seleccionando, en el mando Audi drive select, la posición de conducción Dynamic.

Pero esa larga existencia de la que hablamos invita a pensar en su relevo. Un sustituto que no tardará ni un año en dejarse ver y que puede hacer replantearse las cosas ante un producto con mucho de capricho que no se vende a precio de saldo.

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