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Todocamino compacto BMW

Probamos el nuevo BMW X1, mitad turismo mitad SUV

La nueva generación del modelo de la hélice gana puntos en todos los frentes sobre su antecesor. Sigue siendo muy efectivo en asfalto y razonablemente capaz lejos de él. También es más habitable, pese a ceder en dimensiones

Madrid Actualizado: Guardar
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  1. Ahora sí es familiar

    BMW vende el nuevo todocamino o SUV X1desde 29.300 euros —motor diésel de 116 CV—, si bien la unidad que hemos probado se planta en 39.900 euros al equipar el mucho más brillante dos litros diésel de 190 CV —y 400 Nm de par máximo, un abultado valor de fuerza—. También el cambio automático y secuencial de 8 relaciones —sobrecoste de 2.200 a 2.800 euros según motores— y la tracción integral xDrive.

    En todo caso, una combinación perfecta para usuarios que hagan de él el coche familiar preferente y realicen, al menos, 15.000 km anuales. Sobre todo en viajes y con carga a bordo, eventualente sobre pistas o caminos. Porque, ojo, para otros muchos la versión X1 sDrive18d de 150 CV bien puede ser la mejor de las alternativas en la gama.

    Con el nuevo X1, un todocamino de nueva generación lanzado al mercado a mediados de 2015, BMW rivaliza, sobre todo, con los Audi Q3, nuevo Infiniti QX30, Mercedes GLA, Subaru Forester e inminente Volkswagen Tiguan. No nos olvidamos de «pesos pesados» generalistas de nuevo cuño, como el nuevo Hyundai Tucson ( «Mejor Coche del Año ABC 2016»), el Ranault Kadjar o el súper ventas Nissan Qashqai, por citar solo tres ejemplos en tan concurrido segmento (SUV compacto)

    De hecho, y en gran medida, también encuentra frente a sí a los camperos derivados de familiares tipo Skoda Scout, Volkswagen Golf Alltrack y Passat Alltrack, así como al Volvo V60 Cross Country. Su funcionalidad es parecida, su efectividad rutera habitualmente superior y su capacidad interior o sus prestaciones, equiparables.

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    En el X1, la longitud exterior es menor que antes, quedando en 4,44 metros. Sin embargo, el habitáculo es más espacioso. Sobre todo ha crecido 10 cm (mucho) en el hueco para las piernas de los ocupantes traseros y en el maletero —con portón automático por 533 euros—: ahora da un mínimo de 505 litros y un máximo de 1.550 litros —los asientos traseros se pueden ajustar en longitud 13 cm por secciones—. Dicho de otro modo, hoy como nunca puede cumplir como coche familiar preferente, incluso sin necesidad de recurrir a su «hermano» mayor, el X3 —desde 40.450 euros—.

  2. Hecho a conciencia

    Además del coche tal cual viene de serie, BMW ofrece para el X1 cuatro paquetes de equipamiento decorativos: Advantage, Sport Line, xLine y M Sport. A su vez, hay trece tonos de carrocería.

    Ni que decir tiene, el equipamiento opcional es casi infinito: varias clases de pantallas de salpicadero y navegador, dos tipos de asientos —unos más deportivos que los otros, aunque ambos recogen bien y son duritos—, todo un elenco de asistencias a la conducción —aviso por colisión, función de frenado automático en ciudad con detector de peatones, asistente de atascos, instrumentación retroproyectada o head-up display, faros LED, llantas de aleación de hasta 19 pulgadas, alerta de cambio de carril no deseado, reconocimiento de señales de prohibición en el tráfico...—

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    Más allá de gustos estéticos, es evidente la profunda evolución visual de un modelo que ha ganado mucho empaque y compacidad. Como es norma en la casa, la calidad resulta, como la ergonomía al volante, intachable. En realidad, hay que afinar mucho para dar con algún plástico o con algún ajuste o remate que no satisfaga plenamente. Y siempre desde una apreciación subjetiva.

    De hecho, es de los modelos de su tipo presentados con mayor esmero, y también de los mejor aislados y confortables en términos generales, pese a contar con una suspensión que tira a firme, como ahora veremos.

  3. Un motor solvente y austero

    El nuevo BMW X1 es uno de los SUV más ágiles del panorama, con reacciones en carretera muy similares a las de una berlina media por lo firme y afinado del chasis, que puede serlo aún más con el extra de suspensión deportiva —sale por 402 euros—, o con la suspensión variable (592 euros). Buena frenada, dirección precisa —de paso variable por 296 euros— y una estabilidad direccional de primera coronan las excelencias del coche en cuanto a comportamiento.

    La tracción total xDrive supone en el X1 un coste añadido de 3.500 euros; apareja control de descensos automático. Se trata de una alternativa interesante para clientes que circulen con frecuencia sobre firmes resbaladizos, como sendas embarradas, nevadas o heladas. También para gente que arrastre cargas pesadas —carros de embarcaciones...—, en particular si inician la marcha al borde de lagos o espacios similares.

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    Sin embargo, y para la mayoría, la tracción a un solo eje, que es delantera, no entrañará ninguna dificultad, y sí muchas satisfacciones, comenzando por un consumo más favorable. Es más, con esta arquitectura y unos buenos neumáticos de invierno pasaremos a sus mandos por sitios a priori impensables.

    Con el turbodiésel analizado 2.0 de cuatro cilindros de 190 CV y 400 Nm —algo ruidoso y «traqueteante» en frío y a baja velocidad—, el nuevo X1 declara unos notables 219 km/h de velocidad punta y 7,6 segundos en el paso de 0 a 100 km/h.

    También es satisfactorio por reprís —capacidad para ganar o recuperar velocidad cuando la acaba de perder, por ejemplo para acometer un adelantamiento—, hasta a coche cargado.

    Y sobre el gasto, aunque anuncia unos brillantísimos 4,9 l/100 km (128 g/km), una medición real en conducción desenfadada en torno a 7 l/100 km nos sigue pareciendo más que aceptable en un automóvil que fija por tara 1.625 kg, que no es lo que se dice poco.

  4. En conclusión: mejor compra que nunca

    La puesta al día de la oferta BMW X1 ha traído consigo interesantes réditos para el comprador de un todocamino de representación para uso familiar. Primero, porque sin ser barato, que no lo es, sí es más o menos competitivo frente a muchos de sus rivales.

    Y decimos «más o menos» porque un repaso exhaustivo a su listado de equipamiento —y a su carta de opcionales— evidencian que muchos y atractivos elementos al alcance de este avaznado modelo obligan a «pasar por caja».

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    Segundo, porque la calidad y la tecnología del X1 están al nivel de cualquier BMW medio de nueva factura, como el Serie 3 por ejemplo. Es razonable para cuatro adultos y perfecto para dos con tres niños, tanto por espaciosidad como por maletero. Su dinámica es muy buena, como su facilidad de conducción y su respuesta mecánica, desde luego con el propulsor analizado, que sin llegar a ser deportivo reacciona de primera.

    Y, tercero, el valor residual de un modelo de este tipo es elevado en el mercado de ocasión. Pero mientras llega ese día, prestaciones, estándar de consumo, facilidad con la que se entra y sale del coche —por su mayor altura relativa frente a los turismos convencionales»— y nivel de seguridad nos atraparán en el uso cotidiano. Más aún si nos atrevemos con «pinitos» excursionistas sobre pistas de dificultad baja y media, para las que supone un buen aliado.

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