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El Audi RS7 pilotado circula muy rápido en el circuito
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Audi

A más de 200 km/h y sin manos

Acabamos de bajarnos de una de las experiencias más intensas que se pueden sufrir o disfrutar. Un par de vueltas a todo trapo en un Audi RS7 pilotado en el circuito de Castelloli

Castelloli, Barcelona Actualizado: Guardar
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Aprovechando las jornadas del Smart City Expo Congress que se está celebrando en Barcelona, Audi, no sólo ha presentado algunas ideas o proyectos muy interesantes de su visión sobre la movilidad del futuro sino que ha traído a Barcelona, al circuito privado de Castelloli, su Audi RS7 de conducción autónoma y nos ha dado un par de vueltas ¡¡sin manos!!.

Audi RS7 pilotado

Si hace unos años, no muchos, nos hubiesen dicho que un coche sin conductor nos daría unas vueltas a un circuito de carreras hubiésemos pensado que era imposible, que aquel que nos proponía dicho reto estaba loco, que era absurdo.

Pero nos acabamos de bajar del Audi RS7 pilotado, la versión más potente del Audi A7 y, además de conducción autónoma y las sensaciones son difíciles de explicar.

El Audi RS7 pilotado en acción
El Audi RS7 pilotado en acción

Al igual que el RS7 normal, éste RS7 pilotado de 560 caballos está preparado para circular por si mismo sin ningún tipo de ayuda y a la máxima velocidad posible por el circuito catalán. Es verdad que antes, los técnicos de Audi, han recorrido el circuito por la parte exterior del mismo y luego una segunda vuelta por la parte interior para “mapear” el mismo pero tras unos pequeños ajustes el coche se ha puesto a dar vueltas sin ningún tipo de problema y como digo a la máxima velocidad sin que el coche llegue a derrapar, que es la única condición del programa «al menos llevándonos a nosotros de acompañantes. Porque según nos explicaron tanto el coche como el sistema que lo maneja podrían llegar más al límite si quisiesen».

202 kilómetros por hora sin manos

Y las sensaciones, porque de eso se trataba la prueba son increíbles. Primero porque extrañamente no nos hemos sentido en ningún momento inquietos. O si, hasta que hemos encarado la primera curva y hemos visto que el coche frenaba donde debía frenar y luego aceleraba donde debía acelerar. Además, como nos comentó el técnico/ piloto que iba sentado de forma relajada tras el volante no había problema, todo estaba bajo control, el coche sabe por dónde debe ir y sobre todo sabe cuáles son sus límites.

Y así hemos ido encadenando curva tras curva sin llegar a derrapar pero con una fluidez, con una continuidad, una suavidad que casi asustaba mirando al cuentakilómetros. Al final de la segunda recta 202 kilómetros por hora y sin manos, ni tiempo a reaccionar si algo falla. El mismo piloto que nos acompañaba y nos iba explicando cómo se desarrollaba todo lo único que hace es manejar mediante la presión de un botón que el sistema esté activo, pues una vez suelta el botón el control del coche pasa a sus manos.

El volante del Audi RS7 gira según le dicta el sistema de conducción autónoma
El volante del Audi RS7 gira según le dicta el sistema de conducción autónoma

Y como decía, las sensaciones son cuando menos curiosas. Es verdad que estamos acostumbrados a conducir en situaciones muy diversas con pilotos o copilotos de toda índole y sobre todo con todo tipo de coches y también, que el hábito hace al monje. Pero era la primera vez que nos poníamos en manos de un ordenador cuando siempre hemos considerado que la conducción era una cuestión, además de experiencia y conocimientos, de “feeling”.

Pero estamos ante el futuro. Como dijo Stadler, CEO de Audi AG el pasado martes en el Smart City Expo Congress de Barcelona. Quién sabe si dentro de 20 o 30 años dirán que cómo se nos ocurría conducir teniendo la “conducción pilotada”.

Con Frank Scmickler las mismas dos vueltas

Nada más bajarnos del RS7 pilotado nos esperaba el ex piloto del DTM (Campeonato Alemán de Turismos) Frank Scmickler para realizar las mismas dos vueltas pero con él a los mandos de otro RS7 esta vez “normal”. Y ahí sí que las sensaciones han sido distintas.

El reputado piloto del DTM sabe por dónde puede apurar y sacarle más partido tanto al trazado como al coche y en este caso resultaba claramente más rápido que el RS7 pilotado pero también nos comentaba que si el otro quisiese probablemente iría mejor y además, la prueba no era sólo una cuestión de velocidad, sino una prueba para demostrar hasta donde han evolucionado los sistemas de conducción autónoma.

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