Prueba
Ford Fiesta 1.5 TDCi: Un utilitario ágil y muy tecnológico
Asombra la cantidad de asistentes que puede incorporar un vehículo poco gastón, ágil en la ciudad y muy rutero en carretera. Un coche, en suma, sensato y muy divertido de conducir
En la época de los SUV, todoterrenos para un uso urbano cuyo tamaño no termina de encajar en la ciudad, un buen utilitario brilla con luz propia . Es el caso del nuevo Ford Fiesta con motor diésel de 120 caballos, un coche hecho a los entornos urbanos, donde se desenvuelve con soltura, pero también muy rutero y divertido de conducir en carretera y autovía.
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Fabricado en Colonia (Alemania), de donde sale uno nuevo cada 68 segundos , esta motorización está acompañado en nuestra unidad de prueba de una caja de cambios manual de seis velocidad. El propulsor demuestra energía de sobra y puede presumir de muy buenas reacciones.
También de consumos contenidos: sobre el papel, firma unos muy reseñables 3,5 litros a los 100 kilómetros, aunque en nuestra prueba, en la que hemos combinado rutas interurbanas y ciudad, la aguja ha oscilado hasta situarse más cerca de los cinco litros, lo que tampoco está nada mal.
En cuanto a comodidas interiores, destaca el potente sistema de sonido firmado, por . El sistema de audio lo componen 10 altavoces, amplificador de nueve canales, altavoz en la consola central y subwoofer de 200 mm, además del sistema de sonido envolvente para una experiencia de 360 grados.
Sin embargo, el auténtico punto fuerte del nuevo Fiesta es su elevada apuesta tecnológica: da igual qué imagines, el Fiesta probablemente lo podrá equipar , algo sorprendente en un vehículo del segmento B. Recomendable es la cámara trasera, el sistema de mantenimiento de carril y el control de crucero adaptativo, así como el avisador de ángulo muerto. Para aquel que vaya a circular en climas fríos no podrá faltar el volante y los asientos calefactados, aunque si disfruta conduciendo sentirá calor de sobra al pisar el acelerador.
En total, el Fiesta incorpora dos cámaras, tres radares y 12 sensores ultrasónicos, que aportan 15 tecnologías de ayuda a la conducción, estacionamiento y seguridad. Los sensores monitorizan 360 grados alrededor del vehículo y hasta 130 metros por delante, pudiendo desde frenar automáticamente si detecta un peatón en la vía hasta localizar plazas de aparcamiento, o avisar de que se acerca un vehículo al abandonar el parking.
