El supercoche más feo jamás diseñado

Todos las grandes marcas de coches han tenido obras de las que sentirse poco orgullosos independientemente de sus ventas. Ahora le ha tocado el turno a la marca canadiense de supercoches «Felino» y en concreto a su modelo CB7.

Y es que siempre encontraremos coches que pasarán a la historia por sus llamativas líneas, y no nos referimos precisamente a su belleza. Un claro ejemplo puede ser el Multipla de Fiat de 1999, con su llamativo «michelín» justo debajo de la luneta delantera. Hasta el mítico Homer Simpson diseñó su propio supercoche que dejó boquiabierto al personal por el horrible diseño de su creación.

Algo similar les ha pasado a los canadienses de Felino. Su supercoche no ha pasado desapercibido, pero no precisamente por su atractivo, sino por todo lo contrario.

Sus formas, no le hacen justicia.

El frontal del coche es muy angulado y agresivo, con unas parrillas delanteras tremendamente grandes que contrastan con un trasero curvo y caído y una luna dividida en dos partes. El lateral del coche destaca por sus pases de rueda exageradamente ensanchados hacia fuera de la carrocería y cuenta también con más tomas de aire y ángulos imposibles donde no hay lugar para unas líneas suaves y progresivas.

Pero no todo es malo en el CB7. Su mecánica no tiene que ver en absoluto con su estética. Desde la marca, aseguran que el CB7 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos. Su motor situado en la parte delantera es un V8 de 6.200 centímetros cúbicos y su ligereza (1.135 kg), con numerosas partes construídas en fibra de carbono hacen que sus prestaciones sean excelentes. Además podremos disfrutar de todo un superdeportivo por menos de 100.000 dólares.

Veremos si este nuevo coche para los amantes de la velocidad (y de la extravagancia) hace honor a aquella frase de que «la belleza está en el interior».