¿Y si el seguro no cubre la riada?

Riadas, nevadas y granizadas arrasan con todo lo que encuntran a su paso, como el desbordamiento que estos días se ha producido en la cuenca del río Ebro. Un ejemplo claro son los vehículos afectados: no es extraño ver en televisión imágenes de coches engullidos por la nieve, arrastrados por las aguas o con árbol sobre alguno caído por la acción del viento. Si ocurre, ¿qué hacer y a quién recurrir para que se haga cargo de los daños que normalmente no cubren nuestras pólizas de seguros?

Los conductores suelen ser prácticos en la búsqueda del seguro, ciñéndose al que más se ajusta a sus necesidades y uso, sin olvidar la cuestión económica. Pero suelen obviar ampliaciones de la póliza que cubren determinados fenómenos naturales que relativamente frecuentes en nuestro país y que pueden sorprender a cualquiera.

AutoScout24 recuerda que el Consorcio de Compensación de Seguros soporta aquellos casos que escapan de las aseguradoras y sus pólizas. Esta entidad estatal debe hacer frente a las consecuencias de terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, tornados, vientos con rachas superiores a 120 km/h e incluso a la caída de pequeños meteoritos.

Si el vehículo es víctima de alguno de estos sucesos habría que dirigirse a este organismo público y hacerle constar nuestro caso. Se pueden iniciar los trámites a través de Internet ( http://www.consorseguros.es/web/i), aunque luego habrá que exponer el caso en profundidad en una de sus sedes, incluyendo el mayor número de documentos y datos posibles para acreditar los daños sobre el vehículo: póliza de seguro, peritación de daños, presupuesto de reparación de un taller acreditado, fotografías del momento de la catástrofe... Desde ahí se abre un proceso para estudiar cada caso y darle solución.

AutoScout24 recomienda contar con un seguro lo más amplio posible para evitar sorpresas o demoras en la toma de decisiones, sobre todo si necesitamos el coche para un uso diario o frecuente. La diligencia del propietario es crucial para que las consecuencias de esa fatídica riada no resulten demasiado onerosas.