Los técnicos realizan endoscopias en la cripta de las trinitarias donde está enterrado Miguel de Cervantes
Los técnicos realizan endoscopias en la cripta de las trinitarias donde está enterrado Miguel de Cervantes - josé ramón ladra

«Las iniciales M. C. son de Cervantes»

Los expertos afirman haber encontrado su tumba y haber tocado sus huesos, pero aún están por identificar. Concluye la segunda fase para la búsqueda del literato

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Mañana termina la segunda fase de la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en la cripta, de unos 80 metros cuadrados, del convento de las Trinitarias. Hace un mes que arrancó esta nueva etapa para identificar el enterramiento del «Manco de Lepanto» a través de pruebas endoscópicas; hoy, afirman fuentes expertas a este diario, se da por hecho que el féretro de madera en mal estado que se encontró a finales de enero con las iniciales M. C. cobijó el cuerpo de Cervantes cuando recibió sepultura. Pero posteriormente se trasladó.

«Cervantes está ahí [en la iglesia] y hemos tocado su cuerpo. El problema es cómo demostrarlo científicamente porque no hay ADN y los cuerpos están muy deteriorados. Con la documentación que se posee sabemos que ha habido varios traslados de los restos del convento original a la cripta.

Esos movimientos dificultan la identificación exacta», considera el geofísico Luis Avial, encargado del equipo del georradar que ha peinado la iglesia.

Ninguna inscripción

De los 36 nichos existentes en este lugar –algunos vacíos– y siete sepulturas, ningún otro ataúd de los encontrados –casi todos en mejor estado que el de Cervantes– ha aparecido con inscripciones. Las letras de M. C. grabadas con tachuelas estaban colocadas en la parte trasera del féretro, a los pies del cuerpo, para que todo aquel que lo pudiera trasladar supiera quién estaba dentro. «No tengo la menor duda de que era de Cervantes. Mi teoría es que ahí el enterrado ajeno a la vida de la iglesia, el famoso, era él. Por eso colocaron la inscripción, para protegerlo», destaca Avial.

Fernando Prado, el historiador promotor de esta iniciativa, continúa convencido de que el literato descansa allí. «El área es reducido. Si no está en la cripta, está arriba, en la iglesia, al principio de la nave. Si no se encuentra finalmente, la culpa será completamente mía, pero seguiría sin demostrarse que no está allí», afirma. Dentro del ataúd de Cervantes había restos óseos de diferentes personas: niños y adultos. Probablemente debido a las reutilizaciones y los traslados.

Se busca, según informó el afamado antropólogo Francisco Etxeberría, «a un varón de unos 70 años, con una marcada artrosis en la espalda, sin apenas dientes y con lesiones en el brazo izquierdo». Ninguno de los huesos, por ahora, ha indicado que se tratara del padre de «El Quijote».

Más de 200 cuerpos

Si tras la segunda fase no se da con los huesos del máximo exponente de la narrativa del Siglo de Oro español, comenzaría otra nueva para examinar otro enterramiento del transepto de la iglesia, la nave transversal que cruza la principal, junto a la cruz.

El punto se encuentra a 40 centímetros de la cripta. Fue detectado por el georradar de Avial. Estos trabajos requerirían nuevos permisos del Arzobispado de Madrid, la comunidad de religiosas y las autoridades regionales de Patrimonio.

«Si se encuentra Cervantes, continuará allí para siempre»

Las trece monjas de clausura de las Trinitarias ya están más tranquilas. Si bien en abril Cervantes se convirtió en su gran pesadilla al creer que les levantarían todo el suelo del templo, hoy son conscientes de la gran labor de los profesionales que trabajan en su casa. «Si se encuentra a Cervantes, la orden continuaría allí para siempre. Además, supondría una gran fuente de ingresos para estas monjitas que, a día de hoy, no tienen ni para pagar un arreglo del tejado», sostiene Prado.

En el convento de la calle Lope de Vega el equipo de científicos que allí trabaja –arqueólogos, antropólogos forenses, odontólogos, especialistas en análisis de tejidos y momias,...– tiene mucho material por analizar. Se han encontrado alrededor de una treintena de cuerpos de adultos y más de 200 de niños. Incluso se han topado con momias naturales y objetos de todo tipo bien conservados.

Un año para Quevedo

La búsqueda de Cervantes recuerda a la de Francisco de Quevedo en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) en 2007. Los antropólogos forenses tardaron un año en concluir que se trataba del escritor tras un minucioso y exhaustivo estudio de sus huesos. También en aquella ocasión junto a la osamenta del poeta en la cripta de Santo Tomás de la parroquia de Andrés Apóstol había muchos más huesos de otros individuos. Por esta razón se dilató tanto el hallazgo por parte de los especialistas de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense.

«Todo lo encontrado supera el objetivo de la búsqueda de Cervantes»

De Prado siempre ha puesto la mano en el fuego porque Cervantes está ahí: «Todos los estudios, los eruditos y la documentación existente así lo prueban: allí se enterró y nunca salió. Si no está en la cripta, está en las otras oquedades». Avial considera que el resultado de los trabajos desarrollados «va a ser muy positivo». «Todo lo que se ha encontrado supera el objetivo de la búsqueda de Cervantes». La cripta, de siete metros de ancho por once de largo, es una auténtica «cápsula del tiempo» del Madrid de los siglos XVII, XVIII y XIX.

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