Lotería de NavidadAsí cambió sus vidas la Lotería de Navidad

Muchos han logrado hacer realidad sus sueños aunque, la gran mayoría, sigue viviendo como antes de que la suerte llamara a sus puertas

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  1. Del Gordo al paro

    Trabajadores celebrando el premio en 2009
    Trabajadores celebrando el premio en 2009 - ABC

    En Toledo, la ciudad espera que este año, 2016, se rompa el maleficio y toque el premio Gordo de Navidad que siempre ha sido esquivo con la ciudad. Sin embargo, algunos pellizcos han caído gracias a esos décimos que van y vuelven por toda la geografía española. Un caso curioso fue el de la extinta empresa "Viajes Marsans", que dejó una lluvia de millones por toda España y también en sus dos oficinas de la ciudad de Toledo.

    La dirección regional de Madrid del Grupo Marsans, propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, compró, para vender entre sus trabajadores, el número 78.294, el gordo de Navidad de 2009. Sus empleados fueron agraciados con 300.000 euros por décimo, aunque alguno confesó que había comprado alguno más para repartir con sus familiares.

    Ese día el champán y la alegría se desbordó en las oficinas que la empresa tenía entonces en el barrio de Santa Teresa y también en el Polígono, una alegría que les duró poco porque, unos días después, en enero se hicieron públicos los problemas judiciales de la empresa y comenzó el calvario para estas familias que acabaron en el paro, con las agencias de viajes cerradas y su propietario, Gerardo Díaz Ferrán con una sentencia de prisión de la Audiencia Nacional por apropiarse con 4,4 millones de euros de los usuarios de su agencia de viajes. Aunque para estos trabajadores de Marsean las penas con pan fueron menos que para otras víctimas de la crisis económica y de la ambición de algunos empresarios.

  2. El Museo de Cera más rico del mundo

    Trabajadores del Museo de Cera de Madrid celebran el premio Gordo
    Trabajadores del Museo de Cera de Madrid celebran el premio Gordo - ÓSCAR DEL POZO

    De Madrid al cielo pasando por el 22 de diciembre. La capital española, donde ha recaído el Gordo de la Lotería de Navidad en 78 ocasiones, es la localidad española más agraciada por la suerte.

    El primer premio de 2014 bien podría tener su réplica en el Museo de Cera de Madrid. Una treintena de trabajadores compró 160 décimos del 13.437. en la administración de la calle Zurbano y en la mañana del 22 de diciembre tomaron el aperitivo -los niños de San Ildefonso no lo cantaron hasta la una del mediodía- con 64 millones de euros a repartir. «Nos dimos el placer de cancelar deudas y tener nuestra casa», contaba en 2015 a ABC Lidia García. El décimo era de su padre, que como cada año lo había comprado en su trabajo, el Museo, para compartirlo con su familia de cuatro miembros.

    En 2013, el Gordo recayó especialmente en la localidad madrileña de Leganés: unos 365 millones de euros se repartieron allí hace dos años. En 2012 la suerte alcanzó Alcalá de Henares, otra ciudad de la comunidad. Los millones de euros inundaron el barrio del Chorrillo, uno de los más afectados por la crisis económica y el desempleo. Como declaró un matrimonio entonces: «Nos han tocado 400.000 euros. Estamos felices. Ayer estábamos en paro y hoy somos millonarios».

  3. La suerte llegó en la vejez

    Fotografía de la administración de lotería El Puerto, situada en el barrio de El Cabanyal de Valencia
    Fotografía de la administración de lotería El Puerto, situada en el barrio de El Cabanyal de Valencia - MIKEL PONCE

    Cuando hay una tradición de jugar a la Lotería de Navidad y se recibe alguno de sus premios, la alegría es inmensa. Pero lo es todavía más cuando a alguien le toca sin saber que ha comprado un décimo. Es lo que le sucedió a un anciano del barrio del Cabanyal, Valencia. Antonio Obarti era un jubilado que jugaba cada año con su grupo de amigos, también jubilados todos ellos. Cuenta su nieto, Vicente Juliá, que un día su abuelo y el resto de valencianos fueron a comprar el tradicional cupón, pero su vendedor de siempre, “el de toda la vida”, no estaba en su caseta. Buscaron en el barrio, en el bar, en otras administraciones donde solían vender, pero no encontraron billete. En la vuelta a casa, ya de retirada, el abuelo de Juliá se cruzó con un vendedor por la calle y compró dos décimos del mismo número; uno para él, y otro para su amigo, sin decírselo.

    Ese número resultó ganador. Al día siguiente, Obarti llamó a su amigo para contarle que les había tocado a cada uno 10 millones de pesetas. Al amigo, que recordaba la ardua búsqueda sin éxito del día anterior, le costó creerlo, “pensó que le tomaba el pelo”. Lo mismo pasó con la familia de Obarti, quien llamaba a menudo a casa y les hacía bromas preguntando qué querían que les comprase cuando le tocase la lotería. “Ese día llamó preguntándolo, y pensamos que era otra de sus bromas”, añade Juliá. Ya fallecido, Antonio Obarti compartió un número premiado y mucha felicidad entre sus familiares y su amigo del alma.

  4. La vida sigue igual para Isabel

    Imagen de la administración que entregó el premio a la afortunada
    Imagen de la administración que entregó el premio a la afortunada - ICAL

    En el año 2012, el segundo premio del Gordo de Navidad voló a un solo sitio en concreto. Este lugar fue nada más y nada menos que la localidad burgalesa de Aranda de Duero, más concretamente a la peña El Chilindrón. Y el azar y la casualidad, valga la redundancia, hizo que la Isabel Ríos, natural de Burgos, obtuviese uno de esos boletos, que le reportó una buena cantidad de alegría y dinero. A pesar de ello, la afortunada asegura que su día a día “no ha cambiado en absoluto”, aunque si que admite que da “más estabilidad económica” y le permite hacer cosas que antes no hacía, pero sigue viviendo en la capital burgalesa y manteniendo “la misma casa, el mismo coche y las mismas amigas, todo exactamente como estaba”.

    A pesar de haber ganado ese segundo premio, la ilusión por llevarse algún día el gordo de la Lotería de Navidad no cesa y año tras año Isabel sigue adquiriendo el mismo boleto en la misma peña por si otro año toca algo de nuevo.

  5. María: «El Gordo cambió la vida de mis clientes»

    María celebra el primer premio que en 2014 repartió su administración
    María celebra el primer premio que en 2014 repartió su administración - M. MUÑIZ

    La administración de loterías Alexandra de Carballo tiene una alianza con el Gordo en Galicia. La última vez que la fortuna visitó la localidad fue en el año 2014. Se vendieron 10 décimos y el premio estuvo muy repartido. María, la lotera, recuerda casos especialmente significativos como el de un vendedor ambulanteque «pasaba penurias y ahora se sigue dedicando a la venta, pero de manera muy diferente». Además, desde que les tocó el Gordo «toda la familia viene a comprar lotería para prolongar la suerte». Otra de las agraciadas fue María, una señora mayor, que «recibe una pensión muy bajita». María explicó a ABC que «ahora lleva una vida normal y hasta los servicios sociales dejaron de ocuparse de ella». La lotera asegura que todos los afortunados «continúan con sus proyectos, pero todos sin excepción han mejorado su calidad de vida».

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