Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra
Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra - ROBER SOLSONA
POLÍTICA

Mónica Oltra, la predilección de Pablo Iglesias, impone la marca Compromís-Podemos

La vicepresidenta de la Generalitat hace valer el resultado de las autonómicas en la negociación para ir en una lista conjunta en las generales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El pacto Compromís-Podemos (el orden de los factores en este caso si alteraría el producto) para presentar una lista conjunta en las elecciones generales por las tres circunscripciones de la Comunidad Valenciana avanza a un ritmo lento pero inexorable.

Que Pablo Iglesias siente especial predilección por Mónica Oltra, la vicepresidenta del Gobierno valenciano y líder de Compromís, no es nada nuevo. De hecho, llegó a tantearla para que encabezara la lista de Podemos en la Comunidad Valenciana en las pasadas elecciones autonómicas. Oltra optó por no dar el paso, consciente de que no podía dilapidar la imagen de marca cosechada por la formación nacionalista en la anterior legislatura, pero ahora ambos trazan la hoja de ruta para presentar una lista conjunta en las generales

con el objetivo de desbancar al PSPV-PSOE como primera fuerza política de izquierdas en la Comunidad Valenciana y amenazar la supremacía del Partido Popular como formación más votada en las dos últimas décadas.

En la alianza electoral, Oltra tiene la sartén cogida por el mango y ha puesto condiciones. En la papeleta figurará, por este orden, el nombre de «Compromís-Podemos». Una «hermosa marca electoral para las próximas generales» en palabras de la vicepresidenta de la Generalitat valenciana.

Oltra tendrá que convencer a los nacionalistas del Bloc (el socio mayoritario de Compromís), que recelan de la alianza con Podemos, que incluso tendría ya cabeza de cartel: Joan Baldoví, actual diputado de la formación valenciana y segundo líder con mayor valoración en el CIS.

Por lo pronto, el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, ya ha dejado claro que no le importaría ceder la primacía de la papeleta a Compromís. A diferencia de lo que sucede en otras regiones, en las que Podemos no quiere participar en «sopas de siglas» y frente a su negativa a alcanzar acuerdos con Izquierda Unida, Pablo Iglesias tiene fe ciega en las posibilidades de Mónica Oltra, que van más allá de las elecciones generales.

Compromís fue la formación política que más creció en las pasadas elecciones autonómicas, lo que le valió la posibilidad de entrar en el gobierno de la Generalitat gracias a un pacto con el PSPV-PSOE respaldado en el Parlamento por Podemos, que no cumplió con las expectativas generadas desde la dirección nacional del partido. Oltra no le puso las cosas fáciles al socialista Ximo Puig, a quien le disputó la Presidencia. Las primeras semanas del nuevo gobierno han estado marcadas por las luchas internas para la designación de altos cargos (algunos puestos claves siguen vacantes) y las elecciones generales pueden marcar un punto de inflexión.

Ahora tampoco dará su brazo a torcer ante Iglesias, aunque en este caso la negociación se antoja menos traumática: «Se trabaja sobre un programa y unos acuerdos. Lo demás, casi pasa a ser literatura».

Al margen del acuerdo en la Generalitat, las marcas blancas de Podemos han entrado en los gobiernos de las principales ciudades de la región con el caso de Valencia, con el acuerdo con Joan Ribó, el alter ego municipal de Oltra, en el Ayuntamiento.

El último barómetro electoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) vaticinaba que Compromís podría triplicar el resultado cosechado en las legislativas de 2011 y alcanzar los 300.000 votos (entre tres y cuatro escaños). La encuesta no recoge el posible pacto con Podemos. Ambas formaciones sumaron en las autonómicas de mayo cerca del treinta por ciento de los votos. Un porcentaje que, en caso de repetirse en las generales, les situaría por delante de un PSPV en caída libre con las peores perspectivas electorales de la historia y permitiría a Oltra situarse en posición de fuerza frente a Puig en ese matrimonio de conveniencia que protagonizan desde el pasado mes de junio.

Ver los comentarios