Ashley Graham, esta semana en Valencia
Ashley Graham, esta semana en Valencia - rober solsona
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Ashley Graham: «En las portadas hay muchas modelos que odian sus cuerpos»

La modelo de tallas grandes estadounidense participó ayer en la segunda edición de las TED Talks de Valencia

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No sabemos si se lo debemos a Kim Kardashian, a Beyoncé o a Christina Hendricks, pero lo cierto es que las curvas vuelven a ser sexys para la industria. Condenados a la invisibilidad durante décadas, los cuerpos rotundos vuelven a abrirse hueco en las campañas publicitarias y en las revistas. Ashley Graham (1987, Nebraska) es el vivo ejemplo de cómo triunfar con una talla 16 (equivalente a una 46 en Europa) dentro de un sector tan tiránico con el aspecto externo como la moda.

Graham, que se define a sí misma como una «activista del cuerpo», fue una de las ponentes de la segunda edición de TED Talks organizada ayer por la Universidad de Berklee Valencia.

Ante un auditorio de más de 400 personas, la cotizada «top» contó una vez más su historia. Un relato de superación personal al más puro estilo norteamericano con el que pretende mostrar a las mujeres lo «nefasto» que es boicotearse a una misma frente al espejo.

Segura

Ha sido portada de «Elle», protagonista de reportajes en «Vogue» y «Harper’s Bazaar», y tiene su propia línea de lencería para mujeres de talla grande (Addition Elle). Su último lanzamiento es una serie de videos de «fitness» -Curvy Fit Club- orientado a mujeres que quieren entrenar para pronunciar sus curvas. En resumen, Ashley Graham se nos presenta como una modelo y empresaria extrovertida y segura de sí misma. Pero no siempre fue así.

Descubierta a los doce años por un «cazatalentos» mientras paseaba por un centro comercial, Ashley Graham se introdujo en el mundo de la moda mucho antes de gustarse a sí misma. «En el instituto yo era la típica chica “guapa para ser una gorda”», recuerda. Tampoco mejoró la cosa cuando se trasladó a Nueva York a los diecisiete años. «Buscaba sin éxito la aprobación de los demás. Mi peso se descontroló, llegué a subir hasta una talla 18, que es demasiado incluso dentro del sector de las tallas grandes. No sabía qué me estaba pasando, hasta que me di cuenta de que el problema era la negatividad que yo había creado a mi alrededor». «Digámoslo claramente -apostilla-: mi cuerpo no es perfecto: tengo celulitis y soy bastante grande… pero a nadie le corresponde juzgarlo. En el momento en que acepté que había cosas de mi cuerpo que nunca iban a cambiar, mi carrera comenzó a despegar», afirma.

La proyección de Graham como modelo se disparó en el año 2010 gracias a una campaña de televisión que rodó para la firma de lencería Lane Bryant. Las cadenas norteamericanas ABC y FOX retiraron el anuncio por considerarlo «demasiado provocativo». Evidentemente, esta medida solo consiguió viralizar el vídeo y abrir un debate público sobre los prejuicios contra las mujeres grandes. «Creo que ése fue un punto de inflexión. A partir de ese momento, la industria comprendió que tenía que cambiar el chip».

Canon de belleza

Como fundadora de ALDA -una asociación de modelos de talla grande dedicada a promover la diversidad de los cánones de belleza-, Ashley Graham siempre deja patente que el mundo de la moda está lejos de ser un edén. «Cuando pregunto a las chicas por qué quieren ser modelos, las respuestas más habituales son que quieren sentirse sexys y ser famosas. La realidad es que no te sientes mejor contigo misma, porque la gente de la industria te hace trizas, te dice habitualmente que eres fea y que tienes que cambiar. Tampoco te hace famosa necesariamente, porque eso solo es cuestión de suerte y de tener un buen manager». Que nadie se engañe, detrás del mohín de mujer inalcanzable que nos mira desde las portadas: «hay muchas modelos delgadas pero inseguras, que odian su cuerpo y querrían tener curvas».

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