Panorámica de la playa de Benidorm, repleta de turistas
Panorámica de la playa de Benidorm, repleta de turistas - juan carlos soler
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Benidorm y Valencia llegan al verano en situación de emergencia por sequía

La CHJ alerta del «riesgo muy alto» de restricciones en los principales núcleos turísticos del litoral de la Comunidad por la escasez de lluvias

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La Comunidad Valenciana sigue afectada de lleno por el peor ciclo seco en más de medio siglo, según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Hasta tal punto que los dos principales núcleos turísticos de la región, Benidorm y la ciudad de Valencia, afrontan la llegada de la temporada estival –y el consiguiente incremento de población flotante– en situación de «emergencia» por la escasez de recursos hídricos.

Así consta en el último informe sobre la sequía de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que sitúa en situación de «emergencia» tanto las comarcas alicantinas de la Marina Alta –con núcleos turísticos como Denia o Jávea– y la Marina Baja –donde destacan, además de Benidorm, las localidades de Villajoyosa o Altea– como el núcleo de Valencia.

El informe, firmado el 30 de abril y publicado por la Confederación del Júcar el pasado mes de mayo, constata que la delicada situación que atraviesan los recursos hídricos de la Comunidad desde hace un año se mantiene. Así, dentro de la cuenca del Júcar –que discurre por las provincias de Valencia y Castellón y la mitad norte de Alicante– siguen en situación de «emergencia» los sistemas de la Marina Alta y el Serpis. Al mismo tiempo, el sistema de la Marina Baja (el área de influencia de Benidorm) pasa de «alerta» a «emergencia», al disminuir los recursos disponibles. Fuera de los nueve sistemas de explotación, el área de Valencia también se encuentra marcada en rojo.

Denia, Jávea o Altea están entre los núcleos en zona de riesgo alto de restricciones

Como dato positivo, la comarca de l’Alacantí-Vinalopó pasa de «emergencia» a «alerta», al haber mejorado en los últimos seis meses los registros de recursos disponibles. Se encuentra así en la misma situación –el paso previo a la situación de emergencia– que el sistema del Palancia, en Castellón. El resto de la cuenca, excepto el sistema del Júcar, se encuentra en «prealerta».

En cualquier caso, según los baremos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, la situación de «emergencia» o «alerta» significa que hay riesgo alto o muy alto de restricciones en la mitad del territorio de la Comunidad Valenciana. En cuanto a las zonas en situación de prealerta (Mijares, Cenia-Maestrazgo y Turia), el riesgo de sufrir restricciones es «medio».

Decreto de sequía

Como ha venido publicando este periódico, el Gobierno se ha visto obligado a aprobar dos decretos de medidas específicas para paliar la sequía en la cuenca del Júcar y la del Segura. Además de derivar temporalmente caudales de regadío al abastecimiento y de contemplar obras por valor de 50 millones de euros en total entre las dos cuencas, los decretos abren también la puerta a que se ordenen restricciones al consumo en función de las necesidades.

El Gobierno ha autorizado un trasvase de 5Hm al Amadorio para abastecer Benidorm

En este sentido, cabe recordar que el propio Ministerio de Medio Ambiente ha autorizado el trasvase de 5 hectómetros cúbicos desde la comarca de l’Alacantí hasta el embalse del Amadorio, en la comarca de la Marina Baja –del cual «bebe» Benidorm, entre otras poblaciones– para evitar la escasez de recursos hídricos en plena temporada estival, con miles de visitantes multiplicando la población flotante de la comarca. Además, el Ministerio también anunció un nuevo trasvase de emergencia al Vinalopó desde el Júcar, como el que se acometió el verano pasado, para paliar los efectos de la sequía en las cosechas. El caudal trasvasado será de aproximadamente 15 hectómetros.

Mientras, las reservas hídricas de la región continúan en caída libre. Según los datos desagregados por comunidades autónomas, los embalses ubicados en la Comunidad Valenciana se encuentran por debajo del 40% de su capacidad –concretamente, al 38,7%–, mientras la reserva hídrica estatal se encuentra al 76%. De esta forma, los pantanos valencianos guardan 947 hectómetros cúbicos (sobre una capacidad total de 2.446), o lo que es lo mismo, casi 80 hectómetros menos que hace un año, y más de 100 hectómetros por debajo de la media regional de los últimos diez años, según los datos del Ministerio.

Un mayo seco y cálido

Mayo fue pluviométricamente un mes muy seco en la Comunidad Valenciana, con una cantidad media de precipitación de 16,2 litros por metro cuadrado, dos tercios inferior al valor climatológico normal (47,3 l/m2). Las cantidades más altas de precipitación acumuladas en el mes se observaron en el interior de Valencia, por las tormentas de los dos últimos días del mes, según el informe mensual de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Además, fue el mayo más cálido desde 1964.

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