bicentenario

José Tomás aporta su grano de arena al Doce

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los toros y los aficionados a este arte se sumaron ayer a la celebración del Bicentenario con un libro, titulado 'Los toros de la libertad', que descubre y pone de relieve las relaciones entre la Fiesta Nacional y la historia de la Constitución de 1812. Su autor, Guillermo Boto, recoge en la obra cómo un diputado catalán, Antonio Capmany, consiguió con su intervención en las Cortes de Cádiz, acabar con la prohibición de estos eventos y elevar las corridas de toros al grado de Fiesta Nacional. Precisamente, esta anécdota fue la que suscitó hace ya unos meses el interés del torero José Tomás para aportar su granito de arena a la conmemoración del Bicentenario a través de su Fundación. Y gracias a ella, la obra de Boto vio ayer la luz en este simbólico año 2012. «José Tomás leyó un artículo mío en el que yo hablaba de este episodio de la historia y enseguida se puso en contacto conmigo», apuntó el autor, que estuvo acompañado por el torero en el acto de presentación que tuvo lugar ayer en un Salón de Plenos a rebosar de público, entre el que se dieron cita figuras como Canales Rivera o Fran Gómez.

Precisamente, el matador aprovechó la ocasión para reivindicar la esencia de su profesión. «Algunos se siguen empeñando en ningunear este aspecto de la cultura», criticó José Tomás, quien puso de relieve la importancia que la tauromaquia ha tenido a lo largo de la Historia. «Ha servido de salvavidas en tiempos difíciles y siempre ha habido toreros dispuesto a atender una llamada cuando se les ha necesitado para una causa importante», zanjó.

La obra, 'Los toros de la libertad', relata numerosas anécdotas y episodios gaditanos relacionados con la 'fiesta'. Entre ellas, Boto destacó la construcción de plazas de toros en la ciudad en pleno asedio francés. Hay también una especial atención a los hechos taurinos, tanto de las corridas que se dieron por acontecimientos como la proclamación de Fernando VII (ya preso en Bayona) o las victorias españolas de Bailén y Arapiles. También las que en el bando francés organizó José Bonaparte, algunas tan increíbles como la organizada por la onomástica de San Napoleón. «Precisamente fue en una plaza que se construyó frente al Castillo de Santa Catalina donde empezaron las corridas cuando se fueron los franceses», recordó el autor, que aseguró haber disfrutado con la elaboración del documento.