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Jerez

Tres recitales para un espectáculo

'Baile de palabra' se entrega en su estreno en el festival a un completo ejercicio de comunicación y hace brillar a sus tres protagonistas tanto individual como colectivamente

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Mercedes Ruiz vuelve a mostrar su curiosidad y su osadía. Apenas una año después de presentar en el Teatro Villamarta 'Perspectivas' , se vuelve a poner la ropa de faena para concebir 'Baile de palabra'.

La nueva propuesta proyecta una vertebración basada en el lenguaje compartido entre los tres participantes.

David Lagos se entrega a cantarle al baile o a la guitarra, pero también adopta el rol protagonista en algunos momentos. Lo mismo le sucede a Santiago Lara y a la propia Mercedes, todos trabajan para todos y sin embargo cada uno tiene su propio foco.

El mismo inicio de espectáculo es una declaración de intenciones formales. La guitarra comienza a dibujar la melodía bulera atacando la composición como si de un concierto solista se tratara, Mercedes irrumpe en escena y lleva la bulería al silencio para acaparar toda la atención en el baile. Y cuando ya parece que sonanta y tacón se dan la mano, David Lagos aparece en escena entonando 'Procuro olvidarte', de Ricardo Montaner, y llevándola de la canción aflamencada a la bulería, adoptando una línea casi de recital.

Tras el baile, ahora sí, compaginado, David se vuelve a quedar al frente y en solitario termina rematando la pieza por bulerías.

El mismo esquema nos asalta en el segundo número. Santiago Lara comienza con una introducción solista de guitarra y Mercedes responde marcando compás de tres por cuatro con castañuela, mantón y cola. El cante nos lleva a la petenera y la bailaora se luce sin un solo golpe en el suelo. La danza se expresa a través de brazos, manos, hombros y caderas. Y entonces el compás se va a la amalgama, David acelera las letras y Mercedes marca el baile.

La ronda fragüera nos trajo al mejor David Lagos. Su cante, muy certero toda la noche, alcanzó en la ronda de toná y cabal su cota más brillante. Mercedes respondió de nuevo con castañuelas y bata de cola. Por momentos la guitarra parecía ser quien llevaba la voz cantante y la jerezana parecía bailar al toque, pero en la escobilla viraron las tornas y Mercedes se fue adelante para dejar lo mejor de si en una brillante secuencia física. Curva estilizada, tacón y castañuela en perfecta armonía.

La segunda escobilla pudo pecar de ser demasiado extensa, la velocidad final no logró superar al primer cierre del baile y el final del número quedó algo deslucido.

Por si teníamos alguna duda de que Mercedes Ruiz estaba con ganas de probarse, David Lagos arrancó por caracoles, previo pregón de la uva.

La guitarra fue buscando los límites armónicos mientras el cante jugaba con el tiempo. En el centro del escenario, contrastes. Escobillas vertiginosas y balanceo dulce del cuerpo. Mercedes vibró por momentos impulsada por algún resorte interno. Las bulerías de Cádiz le llevó el vaivén marinero a la cintura y el cierre dejó al público con la sonrisa en la cara.

El saludo en tres flashes fotográficos dio paso a un inesperado bis. Granaínas en la línea general del espectáculo. Lujo en las cuerdas de Santiago, lujo en la voz de David y una hermosa coreografía de Mercedes que dejó al silencio arroparla para dar por finalizado 'Baile de palabra'.

En tan solo un año Mercedes ha sido capaz de bailar por peteneras, colombianas, fandangos, bulerías, caracoles, granaínas o tanguillos. Evidentemente, nos encontramos ante una bailaora tan elegante y precisa como inquieta y eso tan solo puede congratularnos.