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Gárate será la mano derecha de Óscar Freire durante el Mundial de ciclismo

SAN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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Discreto, sin hacer mucho ruido, Juan Manuel Gárate (Irún, 35 años) se ha convertido en uno de esos corredores imprescindibles en un equipo, Rabobank, con quien tiene firmado contrato dos años más, hasta 2013, y también de la selección española, con la que está en Copenhague.

José Luis de Santos, el seleccionador, le ha convertido en su mano derecha en la carretera, en el corredor que deberá de mover los hilos de la prueba y tomar decisiones en caliente. Sin pinganillos, sin nadie que pueda dar instrucciones desde el coche, la labor de Gárate es la de un seleccionador encubierto.

Acabó la Vuelta a España «cansado», más que muscularmente, físicamente. «No podía exprimirme porque no podía darlo todo y tuve que levantar el pie en algunos momentos. Tuve los mismos problemas respiratorios que Óscar (Freire). Ya estoy recuperado. Sabía que si me cuidaba un poco en casa no tendría problemas. He podido entrenar en condiciones y me encuentro bien».

Si va a correr el Mundial es porque está en «condiciones».

Tiene olvidada la caída del Tour de Francia que le costó el abandono de la prueba y el desmembramiento de todo el Rabobank, con su líder, Gesink, incluido.

«¿Qué como veo el Mundial? Muy abierto, más abierto que nunca, con muchos favoritos, lo que hará que la carrera vaya encauzada hasta la parte final. Hay muchos intereses de muchas selecciones que coinciden y eso condicionará la prueba. Lo veo un poco como el Mundial de Zolder que ganó Mario Cipollini o el de Madrid, en el que se impuso Tom Boonen».

Gárate, que tiene la virtud de ver como se mueve el pelotón por dentro, piensa en un Mundial que «se lo van a jugar los sprinters».

«Hasta que queden dos vueltas la carrera irá más o menos controlada y en ese momento se producirán saltos que habrá que intentar controlar. Los que no tengan opciones en una llegada masiva se moverán».

Entre los que piensa que se van a mover antes del final cita a «Bélgica, que con un corredor como Gilbert intentará hacer duro el recorrido. El zafarrancho llegará cuando falten dos vueltas para endurecer al máximo la prueba. Será donde debemos demostrar que sabemos trabajar», explica.

Va a cumplir su cuarto Mundial. El primero fue el de Varese, al que siguieron Mendrisio, Australia y ahora el de Copenhague. Gárate heredó el privilegio de ser capitán de ruta de Carlos Sastre. «Yo he sido el relevo de él, que por cierto lo hacía muy bien en la época de Antequera. Hubo un año que no quiso ir a la selección y él le dio a Antequera mi nombre. Carlos creía que yo podía hacer ese trabajo sin problemas».