Marina Mayoral abraza a su última novela, 'Deseos'. :: LA VOZ
LITERATURA

«El miedo impide luchar por lo que se desea»

La autora gallega trae a Letras Capitales su última novela publicada por Alfaguara, la sugerente 'Deseos' Marina Mayoral Escritora y Catedrática de Literatura

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La última presencia literaria del curso de Letras Capitales en Cádiz viene plagada de 'Deseos' en forma de novela. La obra de la escritora y catedrática de Literatura Marina Mayoral (Mondoñedo, Lugo, 1942) sitúa en la ciudad inventada de Brétema a un reparto coral unido por un sentimiento tan común como humano, el de anhelar. De todos los colores y con varios pronósticos, estos deseos florecen a lo largo de una trama que se desarrolla en un solo día.

-Asegura que en las novelas todo depende de los puntos de vista desde los que se cuenta y en 'Deseos' hay muchos personajes y muchas visiones por tanto...

-Pienso que en las novelas todo depende del punto de vista, pero es que en la vida también. Hay muy pocas verdades absolutas, todo depende de quién cuente una cosa, que a su vez está influido por su propia historia, su carácter y lo que le ha tocado vivir. Sí, en 'Deseos' hay muchos personajes y precisamente al comienzo ya se vislumbra sus diferentes puntos de vista. La novela empieza a las 6 de la mañana, cuando Héctor Monterroso va calle abajo y le observan varias personas, cada uno piensa de dónde puede venir, algunos piensan con maledicencia y le critican, a otros les da envidia...

-Ha de resultar muy complejo darle unidad a una novela coral.

-Sí, es cierto que es lo más complicado porque cada personaje tira para su lado de la historia. Creo que lo he conseguido situando a todos ellos en el mismo espacio, Brétema, y en un tiempo muy determinado. En 'Deseos' todo transcurre en un solo día, desde las 6.30 de la mañana hasta la 1 de la madrugada. También empleo algunos truquillos, como el fragmento en el que Héctor baja y y todos le ven y hablan de lo que ha pasado en la ciudad.

-¿Son irreconciliables esos puntos de vista?

-Todas mis novelas son abiertas, requieren de la visión del lector. Por ejemplo a Constanza algunos la ven como una prostituta de lujo, otros la consideran como una luchadora que ha sabido sobreponerse a las circunstancias... La voz narrativa se dedica a hablar desde fuera, pero luego el lector es el que debe sacar las consecuencias de lo que lee, me gustan que participen activamente en la historia.

-¿Es esta novela una vuelta de tuerca a un tema que late en muchos escritores, el binomio de lo que se quiere ser y lo que en realidad aguarda a cada uno su destino?

-Sí, los deseos mueven nuestra existencia, siempre hay algo por lo que luchar que nos ayuda a seguir. En el caso de esta novela son grandes los deseos que han marcado la vida de los personajes. A veces me preguntan cuáles son los mejores deseos, si son los que se cumplen si los que no... Yo siempre respondo que, más que los no realizados, los peores son aquellos por los que no te has esforzado. Lo peor de todo es no enfrentarte a esos anhelos y luego vienen los arrepentimientos.

-Ha de ser un mal de la humanidad eso de ni siquiera intentarlo...

-La gente desea cosas pero muchas veces no lucha por ellas por miedo, por prejuicios, pereza o represión. A muchas personas le da miedo la aventura de lo desconocido, yo no, prefiero estrellarme a quedarme parada y no luchar por algo que quiero.

-Los psicólogos prescriben desear con precaución, la máxima de que para ser feliz hay que aspirar a pequeñas cosas...

-No está mal tener cotas muy altas que alcanzar y soñar con lo que se quiera, por muy imposible que sea. Lo que sí creo es que hay que disfrutar del día a día y de las pequeñas cosas que te dan.

-¿Es cierto que le inspiró una frase escuchada en Barajas?

-Sí, sí, incluso antes de que instalaran la T4. Escuché una voz que decía con tristeza, «tú eres lo único que he deseado en la vida». Me dio apuro violar la intimidad de esa mujer y no miré. Cuando lo hice ya había desaparecido. Esa frase se me quedó en la cabeza y entonces tuve que inventarme la historia de su dueña.

-¿Qué tipo de deseos se encuentran en la novela?

-Hay deseos eróticos, de una mujer a un hombre y también entre hombres, está presente el deseo de la maternidad que hace al personaje romper con las convenciones sociales. También se aprecia el deseo de dejar una huella a través de una obra, hay quien quiere salir de un ambiente que le oprime y quien, por el contrario, aspira a quedarse en Brétema toda la vida. Son deseos atemporales y, sobre todo, universales.

-Brétema es una ciudad inventada a raíz de 'La última libertad', ¿aspira a convertirla en un Macondo?

-Actúa como tal, Macondo, Celama o Brétama son lugares en los que un autor quiere situar a sus personajes. Brétema es un poco Compostela, Madrid, Mondoñedo, Vigo... Son ciudades en los que solía situar mis historias y Brétema reúne lo mejor de cada una de ellas. Significa niebla en gallego y además de por su sonoridad, elegí este nombre porque me gusta jugar con la ambigüedad, que los personajes se difuminen entre lo gris de la niebla.

-Galicia, como Andalucía, está plagada de prejuicios y de etiquetas, ¿son sus historias especialmente melancólicas?

-Son eso, prejuicios tontos. Es cierto que somos melancólicos porque somos un pueblo emigrante, como cualquier otro. Sale mucho lo de la melancolía pero por ejemplo no se da a conocer que Galicia es un pueblo muy sensual y libre en el amor. En el ambiente rural gallego, por ejemplo, nunca fue una tragedia que una mujer soltera tuviera un hijo.

-Se le aparece el genio de la lámpara. Pida un deseo para usted y otro para los demás.

-Salud y felicidad para las personas que quiero y paz para todo el mundo.