Los lectores aún tienen muchas dudas y no muestran mucho interés por el libro digital, un formato atractivo para apenas un 1% de los aficionados a la lectura. :: UWE ANSPACH. EFE
Sociedad

LOS EDITORES SE ABREN AL LIBRO DIGITAL

El mercado no es rentable aún, pero las editoriales andaluzas no quieren quedarse atrás y empiezan a digitalizar sus fondos

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Era casi ciencia-ficción. ¿Cientos de títulos en una mano y sin ocupar apenas espacio? No era una profecía de Nostradamus ni una utopía. Hoy el libro electrónico es algo tangible. Lo que no resulta tan palpable es su repercusión real en el mercado. Había muchas expectativas puestas en él, quizás demasiadas ante lo que podría suponer una amenaza para el libro impreso. De momento, apenas representa un 1% del negocio. Y los profesionales del sector no tienen esperanzas en que aumente mucho en unos cuantos años. Pese a todo, las editoriales no quieren quedarse atrás. Ni le temen ni creen que pueda sustituir al papel, pero ya han empezado a ponerse las pilas. Según la encuesta 'El libro digital en España', elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) en colaboración con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, el 75% de los sellos nacionales está realizando acciones de digitalización, de comercialización de obras digitales o de creación de obra exclusivamente digital. Es más, el estudio concluye que una de cuatro editoriales espera comercializar en versión digital en 2012 más de la mitad de su catálogo.

En su último informe, el Observatorio de la Lectura y el Libro ya destacaba el esfuerzo de la industria tradicional «por aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece la edición electrónica» y el impulso desde algunas iniciativas españolas, como Publidisa (Todoebook), 36L Books, Amabook, Leer-e o Libranda.

Las editoriales andaluzas no podían darle la espalda. También ellas tienen proyectos en este sentido. La mayoría ya se ha puesto manos a la obra. Muchas tienen digitalizados el 20% de sus fondos y alguna incluso el 50%. Depende del tamaño de la empresa y del volumen de su catálogo. Existen subvenciones -el Ministerio de Cultura acaba de lanzar una convocatoria de ayudas-, pero no todas pueden asumir una inversión de estas características -entre cien y cuatrocientos euros por libro-. Y menos sabiendo que es un negocio que «durante muchos años no va a ser rentable», advierte el director ejecutivo de la FGEE, Antonio María Ávila.

Teniendo en cuenta el barómetro de hábitos de lectura y compra de libros del año 2010, solo un 5,9% de los usuarios lee en formato digital, la mayoría de ellos en el ordenador. Y solo un 1,3% lee a través de un eReader.

Los libreros también lo constatan. Desde la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros, Jesús Otaola, de la andaluza Proteo, asegura que las ventas «son aún insignificantes». Y, aunque la oferta es cada vez mayor y las novedades se han subido al carro, «todavía hay muchas dudas y poco interés por parte de los lectores». A su juicio, el empujón por adaptarse se debe sobre todo a la presión mediática, más que a la demanda. «Intentan convencernos de algo que no gusta y que será minoritario durante mucho tiempo», apunta Antonio García Maldonado desde Alfama. Con un catálogo de 24 títulos, ya dispone de siete en formato digital. «Como no funcionan muy bien no hemos insistido ni nos hemos dado prisa», añade el editor, partidario de «apretarse el cinturón y bajar los precios» en papel.

Demasiados costes

No son partidarios los libreros. Consideran que son muchos los costes añadidos. Entre ellos el IVA, por el que hace apenas un mes se movilizaban tanto editores como libreros y distribuidores. Piden que se elimine el impuesto como forma de reducir precios finales, fomentar la lectura y reactivar la industria.

De momento, en el caso del papel, la carga es del 4%, mientras que el porcentaje se eleva hasta el 18% para las publicaciones digitales que se descarguen de un portal 'on line'. Aunque, en lo que respecta a la obra digital, la tendencia es que su precio vaya reduciéndose, fijándose en un 30% inferior que la obra impresa. Especialmente en lo que respecta a la literatura, tanto para adultos como infantil y juvenil, y las ciencias humanas y sociales. Ahí están, por ejemplo, las enciclopedias, cuya versión digital empieza a ganar por goleada.

No hay duda: el futuro irá por esos derroteros. Lo que no está tan claro es dónde desembocará. «Quedan todavía muchas incógnitas en el aire. Nadie sabe qué camino tomará en realidad. La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso y todo puede evolucionar por caminos todavía insospechados». Es la opinión de Antonio López, al que también esa incertidumbre le ha empujado a probar suerte en el universo del ebook. Al frente de la editorial Sirio, ya ha apostado por ello y cree que a lo largo de 2012 podrá disponer de la mitad de su catálogo, o casi, en versión digital.

Como Francisco Argüelles. Miembro de la Asociación de Editores de Andalucía, el responsable de Arguval es consciente del escaso mercado que aún hoy representa el libro digital, pero también sabe que «irá ganando terreno» en el futuro. Por eso tiene previsto realizar una «fuerte inversión» para adaptar los cerca de seiscientos títulos con los que cuenta en su catálogo. Los planes son llegar al 40% entre 2011 y 2012.

EDA Libros también está en ello. Para la firma no es una prioridad a corto plazo, «por lo que implica de carga adicional de trabajo y la poca o casi nula incidencia que tiene», observa su responsable, Francisco Javier Torres, que, no obstante, ha comercializado ya algunos de los casi setenta títulos que componen sus fondos.

Tampoco tiene muchas esperanzas Andrés Sarria. De momento, está en pruebas. La editorial andaluza que lleva su nombre ha digitalizado veinte de los 135 títulos de que dispone. Los comercializa vía Internet. ¿Resultado? «Nada de nada», asegura. Incluso así, no mira hacia otro lado. Lo mismo le ocurre a Miguel Gómez Ediciones, actualmente «en tránsito». Espera haber adaptado los ochenta títulos de su catálogo el próximo año, aunque desde la editorial se muestran cautos ante esta nueva vía de negocio.

Más inmediata es la conversión en Sepha. El sello especializado en ciencias sociales dispone ya en ebook un 25% de sus fondos -en total cuenta con 110 títulos- y su reto para este año 2011 es hacer lo propio con todos los libros publicados desde 2010. «De todos modos, cuando vayamos publicando novedades, los ebooks los publicaremos con un par de meses de retraso», avisa su responsable, Gonzalo Sichar.

En Del Planeta Rojo Ediciones han tomado ventaja. Ya tienen más de la mitad del catálogo en versión digital. Entienden que para ellos resulta «mucho más fácil» porque su producción editorial «es solo de aproximadamente diez títulos al año» y al ser de reciente creación (nació en 2007) no cuentan con un listado muy voluminoso por digitalizar.

Para ello trabajan con Publidisa, empresa especializada en distribución de contenidos digitales, que realiza las conversiones y posiciona estos títulos en librerías en Internet como Amazon, TodoEBook o Casa del Libro. Como explica Begoña Romero, actualmente participan en una plataforma 'on line' para la compra de sus títulos tanto en versión en papel como en varios formatos digitales. Hasta el momento los tenían en PDF, pero a partir de ahora estarán también disponibles en ePUB y adaptados a Kindle, iPhone e iPad.

«Nuestra intención es que después del verano esté en funcionamiento y así se puedan gestionar directamente las ventas desde nuestra página web. A partir de aquí todos los lanzamientos serían simultáneos en papel y digital», precisa la responsable de la primera editorial que formó parte del proyecto Enclave de la Biblioteca Nacional. Su objetivo es poder editar en el futuro alguna colección exclusivamente digital «y atrevernos con contenidos multimedia para soportes como iPad, no simplemente libro digital, sino libro de hipertexto o interactivo», aclara.

Las tabletas ganan terreno

No hay duda de que el uso de las tabletas tipo iPad se empieza a imponer frente al eReader propiamente dicho. No ofrecen las mismas condiciones de lectura, pero sí más aplicaciones. De hecho, se espera que este año se incrementen los libros digitales tanto para éstas como para móviles, y la tendencia es que las editoriales se vayan volcando cada vez más en estos entornos como vías de comercialización.

Pese a todo, la previsión es que los eReaders sigan superando a los ordenadores en 2011, especialmente en lo que respecta a obras de literatura, ciencias sociales y humanas, religión, libros prácticos y divulgación general. Según datos de la FGEE, el formato preferido por las editoriales es el ePUB, el que mayor crecimiento ha experimentado: de un 24% a un 40%. Y el pronóstico es que se siga elevando hasta el 70%, compartiendo protagonismo con el PDF, que a partir de 2012 empezará a decrecer.

En cuanto a los canales de distribución, pocas editoriales se plantean emplear una plataforma propia, sino conjuntas con otros sellos. Pero, claro, todo depende del tamaño de la empresa. Los grandes grupos comienzan a reconsiderar la venta directa desde sus webs. Aunque, en general, las preferencias se dirigen a las plataformas conjuntas y la comercialización en librerías.

No tienen muchas esperanzas, pero salta a la vista que no escatiman esfuerzos por lo que pueda pasar en el futuro. Aquí tiene mucho que decir toda esa tercera generación de dispositivos móviles, que está acelerando la producción de contenidos digitales. Aunque no menos la presión mediática. Recién llegado de la Feria del Libro de Nueva York, Antonio María Ávila asegura que «no es tanto el boom del libro digital en Estados Unidos como dicen». «El 98% de lo que había allí era puro papel, incluido el stand de Amazon», constata, convencido de que es un mercado que «está naciendo muy lentamente en toda Europa». «No estamos peor que los franceses o los alemanes, incluso podría decirse que hemos avanzado más en su desarrollo», añade.