La actriz cuenta con tres Max y dos nominaciones a los Goya. :: LA VOZ
TEATRO

«Creo que he aportado verdad a un papel que, aunque difícil, es muy real»

Vicky Peña da vida mañana en el Real Teatro Las Cortes a Blanche, la protagonista de 'Un tranvía llamado deseo'

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Dos nominaciones a los Goya, tres premios Max y decenas de papeles principales tras las cámaras y sobre el escenario avalan la carrera de Vicky Peña (Barcelona, 1954). La actriz afronta en este 2010 el reto de encarnar a Blanche, la contradictoria protagonista de 'Un tranvía llamado deseo'. La intérprete, que dice no haber vuelto a ver la película de Elia Kazan para conseguir una interpretación distinta a la de Vivian Leigh, está acompañada en esta aventura por Ariadna Gil y Roberto Álamo (el actor que dio vida a Urtain). Mañana inician gira andaluza en San Fernando.

-Interpreta a una mujer llena de prejuicios y con una doble moral...

-No sé si cargada de prejuicios, pero sí con unos prejuicios de clase que están fuera de lugar, entre otras cosas porque la clase a la que ella aspira pertenecer está fuera de combate, no tiene nada de actualidad. Blanche tiene una moralidad muy relativa, una moral que aplica con diferentes raseros según le conviene. Es un personaje muy complejo, con muchas caras y colores, es una mujer muy contradictoria, pero a mí me gusta este tipo de retos.

-Es a la vez un papel que inspira ternura.

-Sí, da mucha ternura porque Blanche es también frágil, muy vulnerable y eso despierta en mí piedad, aunque en otras muchas cosas soy muy crítica con ella.

-¿Como cuáles?

-Su inoportunidad a la hora de irrumpir en la casa de su hermana, que vive con su pareja en un espacio muy pequeño. Esa desvergüenza olímpica por querer que la alberguen en esa casa y su pretensión de conseguir según que cosas que no quiero desvelar.

-¿Existe en la actualidad la Blanche que dibujó Tennesse Williams?

-Creo que sí, y no solo ciñéndonos a la problemática social que presenta, sino en otros campos. Es un personaje perturbador, un ser ensimismado que claro que tiene derecho a vivir en sociedad, pero que la mayoría de la gente no la quiere a su lado.

-¿Qué le ha aportado Blanche a Vicky Peña?

-Un fondo como actriz, todos los papeles dejan algo en este recorrido, ya sean por complejos o por divertidos. Para su preparación me he buscado la vida ya que intentaba justificar el personaje y que no quedara grotesco, tenía que dotar de humanidad al personaje. En definitiva, creo que me ha dado más capacidad pulmonar.

-¿Y que espera haber aportado al personaje?

-Espero aportarle verdad, convicción y verosimilitud a un personaje que, siendo difícil, es real. Espero también haber colaborado con mis compañeros a acercar este personaje a la sociedad actual.

-Compañeros de la talla de Ariadna Gil y Roberto Álamo, ¿qué destacaría de ambos intérpretes?

-Ariadna es muy trabajadora, colaboradora, sutil y permeable. Ha sido muy agradable trabajar con ella, al igual que con Roberto. En este caso la naturaleza de la relación no es la misma, es de oposición, pero espero que hayamos sido capaces de construir un nexo que acerque al público.

-Ha estado nominada dos veces a los Goya, ¿sueña con alzarse algún día con la estatuilla?

-No sueño con los premios, sueño con buenos trabajos, con papeles interesantes y con colaboraciones con guionistas, directores y actores que me enriquezcan como intérprete. Yo trabajo para mi oficio y el público, los premios son las guindas del pastel.

-Ahora que las aguas han vuelto a su cauce, ¿qué opinión le merece el nuevo director de la Academia de Cine, Enrique González Macho?

-He vivido de primera mano estos hechos, por llamarlos de alguna manera, traumáticos. Me hubiera gustado que la terna anterior hubiera cumplido su mandato. De todas formas con González Macho me siento satisfecha, confío en él, es un hombre muy solvente y con una trayectoria muy consolidada. Además, tiene la equidistancia suficiente con todos los sectores implicados para resolver los problemas que tiene el cine español, que son muchos.