Churumbaque puso calor a una tarde lluviosa

La copiosa lluvia no animaba a los aficionado a acercarse a Villavicencio para escuchar a Churumbaque. El cordobés superó el handicap de cantar ante la mitad del aforo con muy buena nota. Acompañado de un soberbio Niño de Pura, el cantaor comenzó a calentar la tarde por soleá. El buen trabajo de volúmenes sumado a unos apuntes de guitarra sobresalientes anunciaron que los asistentes habían acertado desafiando a la lluvia.

Un vertiginoso picado de Niño de Pura dio la salida a mineras y cartagenera. Apropiadísimos palos para la tesitura vocal de Churumbaque que justificó sus primeros premios en La Unión a base de buen cante.

Con el público en el bolsillo, la ronda de abandolaos trajo rítmica y unas maneras de decir los cantes a medio camino entre la jondura y el flamenco más asequible. Buen trabajo de fusión a cargo de la tabla hindú y las palmas, que dotaron de viveza a los cantes.

Por tientos-tangos Churumbaque se lució en los cantes largos mientras que la parte más rítmica se vio ensombrecida por el exagerado volumen del cajón. Los tangos fueron prácticamente inaudibles, perdimos la guitarra por completo y para terminar de estropear el número varios remates se hicieron fuera de tiempo.

Bulerías para el final

La misma suerte corrió la ronda final de bulerías. La caja flamenca impedía escuchar a guitarra y cante. Patricio Cámara no supo medir el volumen, sobre todo si tenemos en cuenta que Los Conciertos de Palacio se desarrollan sin microfonía.

Y contrariados nos marchamos con la sensación de poder haber disfrutado un poco más .

Churumbaque pudo, a pesar de los pesares, cosechar una tarde exitosa en su estreno en el Festival de Jerez. Brilló junto a un maestro de las seis cuerdas como Niño de Pura y sentó las bases para que los aficionados apunten su nombre como uno de los buenos descubrimientos de este festival.