Uno de los alumnos aguanta el equilibrio sobre la tabla. :: VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

«Mi hijo me pregunta: ¿mamá, cuándo vamos a ir al surf?»

80 familias participan en 'Solo surf', un programa que aprovecha este deporte para desarrollar habilidades en discapacitados

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Ayer por la mañana, como todos los sábados desde octubre del año pasado, Jesús Borrego, junto a sus monitores y voluntarios -un total de 50- se adentraron en el mar con una veintena de alumnos para la sesión semanal de surf. En la Asociación Solo Surf los alumnos son particulares, se trata de un programa de ayuda a personas con alguna discapacidad mental, física o cerebral. Ayer era el turno de jóvenes con síndrome de Down, niños con hiperactividad y autismo. Aunque también tienen en su cuidado a chicos y chicas con problemas de coordinación y parálisis cerebral. Son 80 familias las que se benefician de este programa.

Sobre la edad, hay variedad, desde los 2 años hasta los 50 que tiene una de las alumnas. Sobre los beneficios, Jesús Borrego, representante de la asociación habla largo y tendido: «Habilidades personales, control de la frustración. También aprenden viendo a los compañeros y habilidades sociales y de autonomía», indicó.

Tomás es el padre de Álvaro, que ve la mejoría de su hijo desde que acude a las sesiones de surf. «Tiene más control sobre su propio cuerpo, la verdad es que viene muy motivado a las clases». Juan Antonio es otro de los padres que acompaña a sus hijos a la playa de Santa María del Mar. En concreto es el padre de Manuel, que añade «se lo pasan bien, disfrutan mucho». Álvaro y Manuel son autistas, pero también son compañeros de clases de surf y de clase en el colegio, por lo que la sintonía entre ellos es evidente. Una habilidad social que se refuerza con la disciplina que conlleva compartir con otros compañeros un mismo espacio y unos mismos materiales.

Jesús Borrego cuenta que también se trata de un momento de relajación para los padres, que ven a sus hijos disfrutar pero que tienen ese instante para poder verlos jugar en la arena y en el mar junto a otros chavales.

Otros padres son Merche y Manolo, padres de Isaac, un joven con síndrome de Down que viene desde San Fernando semanalmente para acudir a sus clases de surf. «Le gusta mucho, está apuntado desde matronatación», que se imparte en la piscina del Polideportivo Ciudad de Cádiz. «Yo creo que se siente más cómodo dentro del agua». Los beneficios más palpables que han encontrado estos padres desde que Isaac acude a las clases de surf son una notable mejoría en el equilibrio y el trabajo en conjunto. «Aprende disciplina pero sin ser forzado porque a ellos les cuesta asimilar las normas. Pero respetan a los monitores y mi hijo habla de ellos en casa», añade Merche, que no quita ojo al agua, «ese pequeñito que va por ahí es mi hijo. Me pregunta: ¿mamá cuándo vamos a ir al surf?. Le encanta».

Teófila Martínez visitó las instalaciones del grupo de trabajo 'Solo Surf' y algunas madres aprovecharon la ocasión para solicitar a la alcaldesa un termo para calentar el agua de las duchas. Martínez se comprometió con ellas a solucionar cuanto antes el problema. Mercedes Colombo, delegada de Área de Familia anunció que ha puesto a disposición de las familias que participan en el programa la piscina terapéutica de Astilleros para las sesiones. «No dudamos en poner a disposición de todos la playa de Santa María del Mar desde octubre hasta junio», a partir de este mes, las clases de surf se trasladan a la playa de Cortadura.