Cineasta y ministra, a su llegada a los Goya del año pasado. :: EFE
Sociedad

Los Goya de Álex de la Iglesia y la ministra

El Teatro Real acoge una gala que tendrá como protagonista al presidente de la Academia en su último acto oficial

MADRID. Actualizado: Guardar
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Por una vez, el discurso del presidente de la Academia será lo más esperado en la gala de los Goya. Álex de la Iglesia enardeció a las masas hace un año con su llamamiento a la unidad del sector. «¡Fuerza y honor!», bramaba orgulloso. Hoy, el tono a lo 'Braveheart' dará paso a un compungido 'mea culpa'. O no. La incógnita de la noche no será si 'Balada triste de trompeta' se impone a 'También la lluvia'. O si 'Pa negre' da la campanada. La 25 edición de los Premios de la Academia puede convertirse en un homenaje al hombre que se ha partido la cara por el cine español... o en un rapapolvo por su intempestiva 'dimisión aplazada' tras su revelación, vía Twitter, de que la 'ley Sinde' no le gustaba.

De la Iglesia aprovechará su último acto al frente de la institución para lanzar un mensaje conciliador o una bomba incendiaria. El pasado lunes comenzó el rodaje de 'La chispa de la vida', con Salma Hayek y José Mota. A buen seguro, la Academia le habrá exigido leer antes su discurso, escarmentados de que colgara en internet su dimisión sin consultarles. El plan inicial de que compareciera rodeado de los anteriores presidentes, entre ellos González-Sinde, se ha suspendido. La ministra se sentaría junto a Álex aunque el protocolo no lo dictase.

El aniversario de los Goya se prometía una fiesta. Madrid iba a volcarse en una gala que, por primera vez, transcurrirá en el noble escenario del Teatro Real. La misma semana que la ley antidescargas se ha aprobado en el Senado, la Plaza de Oriente puede llenarse de manifestantes convocados por Anonymous que revienten la alfombra roja. Claro que el poder de convocatoria de los defensores de las descargas ilegales nunca ha ido más allá del 'clic' del ratón. Incluso hay quien aventura que se verán narices rojas en el patio de butacas del Real. ¿Solidaridad con el detractor de la única norma que, pese a sus carencias, intenta atajar la sangría de la industria cultural española?

7 millones menos

No hay muchos motivos de fiesta con las cifras del cine español en la mano. La recaudación cayó el año pasado un 33% y se perdieron casi 7 millones de espectadores. El peor dato de la década. El sector recibió en ayudas 20 millones de euros más de lo que recaudó en taquilla. Cierto que cada vez acude menos gente a las salas (por primera vez, en nuestro país se ha bajado de los 100 millones de espectadores). Mientras, el Partido Popular amenaza con retirar las subvenciones si llega al Gobierno y adelanta una reflexión inquietante: una película es buena o mala según lo que recaude.

Las convulsiones provocadas por la 'ley Sinde' condicionarán hasta los resultados de esta noche. 'Balada...' parte como favorita con 15 candidaturas. Su triunfo se interpretará como un apoyo a la gestión de su director al frente de la Academia; su fracaso, como un pescozón por su rabieta contra la dichosa disposición adicional. 'También la lluvia' (13 nominaciones) ha gustado bastante más a los críticos y ha funcionado en taquilla con más de 3 millones de euros recaudados.

Los académicos tuvieron hasta este lunes para emitir su voto. Hartos de luchas intestinas, quizá hayan recompensado la brillantez internacional de 'Buried'. O, tal como asegura un runrún, los miembros catalanes, partidarios todos ellos de la 'ley Sinde', se hayan puesto de acuerdo para aupar 'Pa negre', la primera cinta hablada en catalán que ganaría el premio gordo.