«¿Y si esta fase de transición fuera ejemplar?»

Después de una intensa temporada de tormentas, tendrá que llegar la calma. El tópico sirve para el clima y para el convulso 2009 en PSOE provincial, que ayer vivió un congreso plácido, en el que todos parecían asumir el cambio de ciclo. Aún quedan hábitos que romper (la presencia de parientes y la inflación de cargos orgánicos en la lista) pero todos vislumbran una etapa nueva y la acatan. Primó un cierto aire melancólico. Luis Pizarro, por primera vez, confesó el adiós y confirmó todos los pronósticos. Se aparta. Agradecimiento, caras largas e incertidumbre en sus seguidores. Casi todos en unos órganos que ha gobernado con mano de hierro durante 15 años. Sin críticos, ni revanchas. Los suyos, preocupados. Los demás, respeto.

Nadie sabe si será elegido en la nueva etapa, así que nadie tenía motivos para saltar de alegría al ver marcharse al último gran patriarca del Clan de Alcalá. Se sabe que Griñán «quiere a los mejores, sin familias ni grupitos». Ha hablado de jóvenes, «pero no va a descartar a nadie con capacidad y ganas sólo porque tenga 55 años». «Pepe ha sabido crear una expectativa que tiene a todo el mundo con ganas de ayudar, o progresar, o callar o apartarse, pero que ha neutralizado cualquier revuelta». Lo dice un militante tan crítico que acudió como invitado. En la lista está Pilar Sánchez, y muchas mujeres jóvenes que, dicen, tendrán protagonismo. No está Rafael Román, pero sí su hermano. Hay muchos veteranos, algún novel. El relevo está servido y nadie sabe en qué acabará.

Un veteranísimo en cargos institucionales resumía: «Todos buscamos siempre intrigas en los partidos pero: ¿Y si esta transición fuera ejemplar?». Ayer, lo parecía.