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El efecto Palin

La HBO estrena el sábado 'Game Change', una cinta en la que Julianne Moore interpreta a la que fuera candidata a la vicepresidencia

MADRID Actualizado: Guardar
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Los ecos del 'supermartes' aún resuenan. Los cuatro aspirantes a la nominación del Partido Republicano calibran los próximos pasos a dar en su incierta carrera. El presidente Obama trata de contener a los 'halcones' israelíes y a los sectores más belicistas de su Administración al tiempo que garantiza que siempre estará al lado de su gran aliado en Oriente Próximo, ejecutando una maniobra de equilibrista vital para no perder unos apoyos cruciales de cara las elecciones de noviembre. Pero, por unas horas, el presente político quedará en un segundo plano en beneficio de un pasado no tan lejano.

La HBO, la cadena que ha regalado algunas de las mayores joyas televisivas de los últimos años -de 'Los Soprano' a 'The Pacific' pasando por 'The Wire', 'Boardwalk Empire', 'Juego de Tronos' o 'John Adams'-, estrena este sábado 'Game Change', una película dirigida por Jay Roach y con guión de Danny Strong, quien se ha encargado de adaptar un 'best-seller' político en el que Mark Halperin y John Heilemann diseccionan la batalla por la Casa Blanca de 2008, aquella que desembocó en la elección del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos.

Si el libro de Halperin y Heilemann tiene cuatro protagonistas fundamentales -Barack Obama y Hillary Clinton, con su vibrante pugna por la nominación demócrata, de un lado, y John McCain y su compañera de ticket electoral, Sarah Palin, del otro- la película cuenta con una reina indiscutible, la exgobernadora de Alaska, la segunda mujer candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, trocada ahora en comentarista política y 'madrina' del Tea Party.

Baza

Julianne Moore, la misma que no tuvo reparos en encarnar a una estrella del cine porno en 'Boogie Nights' (Paul Thomas Anderson, 1997) o a una incestuosa madre en 'Savage Grace' (Tom Kalin, 2007), se mete en la piel de la antigua reina de belleza de Wasilla, efímera periodista deportiva y más tarde alcaldesa de dicha localidad que se convirtió en 2006 en la primera mujer que regía los asuntos políticos del penúltimo estado en incorporarse a los Estados Unidos.

Apenas dos años después, su nombre era uno de los más conocidos dentro y fuera de Estados Unidos. El 29 de agosto de 2008, John McCain, antiguo héroe de guerra, veterano senador por Arizona y candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca la había escogido como compañera de ticket. Una elección que pilló a casi todos por sorpresa y que tenía como fin revertir el curso de una carrera en la que aparecía cada vez más rezagado. El hombre que había sido descrito en numerosas ocasiones como un 'maverick' por su tendencia a apartarse frecuentemente de las líneas marcadas por sus correligionarios buscaba un golpe de efecto, harto de ser ignorado por una prensa que se había rendido al magnetismo de su rival.

Cuentan Halperin y Heilemann en el libro que sirve de base a 'Game Change' y que en España publicó la editorial Planeta, que a McCain le bastaron unos pocos informes y una corta entrevista para hacer subir a bordo de su campaña a Palin. Estaba seguro de que con ella capitalizaría el descontento de muchas mujeres que se habían sentido estafadas al ver como Hillary Clinton era derrotada por Barack Obama. Palin aportaría aire fresco y alteraría las reglas del juego. Si la candidatura de Obama había introducido el componente racial, la de Palin insertaría el de género.

Devastadora elección

Lo logró por unos días. McCain subía en las encuestas y los demócratas parecían jugar ahora a la contra. Pero, tal y como desgranan Halperin y Heilemann, la audaz jugada del senador por Arizona no tardó en volverse en su contra.

El retrato que ofrece 'El juego del cambio' sobre Sarah Palin es devastador. Una candidata escasamente preparada que es incapaz de ofrecer respuestas sólidas a las más elementales cuestiones de política exterior, que comete continuos errores mientras sus asesores tratan de prepararla para el debate que ha de mantener con el candidato demócrata a la vicepresidencia, Joseph Biden, que gasta ingentes cantidades de dinero procedentes de los fondos de campaña en vestidos, peluquería y maquillaje, que pierde los nervios con facilidad, una ‘prima donna’ cuyo equipo acaba librando una suerte de 'guerra civil' con la de un hastiado McCain que no deja de preguntarse cómo pudo cometer el tremendo error de escogerla como compañera de viaje.

McCain, al que en la película que este sábado estrena HBO pone rostro el actor Ed Harris, sigue asegurando en público que no se arrepiente de la elección que hizo hace cuatro años. Pero pocos dudan de que algunos de sus más estrechos colaboradores se deleitarán viendo el retrato televisivo de la exgobernadora de Alaska. La aludida, por su parte, ha subrayado que el argumento de 'Game Change' es "falso" y que quienes contemplen la película estarán perdiendo su tiempo. Los registros de audiencia permitirán comprobar si sus palabras han surtido algún efecto o si, por el contrario, vuelve a imponerse el morbo.