Los 80, aquellos maravillosos años

Pau Freixas se la jugó con Héroes. Es una pequeña película “sin ninguna gran estrella”, como recalca el director, rodada en catalán y que se encaja en el verano de un grupo de chavales. La historia se presentó en el pasado Festival de Málaga y gustó tanto al público, que le otorgó por mayoría su premio. Después comenzó a funcionar el boca a oreja sobre la película, hasta que se estrenó en Sitges el pasado fin de semana. Otro exitazo. El próximo viernes llegará a las salas de España, con Alex Brendemühl, Eva Santolaria, Emma Suárez, Nerea Camacho y Lluís Homar a la caebza de este film.

La película comienza con un publicista (Brendemühl) que intenta llegar a una reunión muy importante. En su camino, se topa con una joven mochilera (Santolaria), a la que acepta llevar. A pesar de no tener nada en común, comienzan a rememorar viejas historias, hasta que llegan al último verano que pasaron con la pandilla. Cinco chavales -Ferrán Rull, Àlex Monne, Mireia Vilapuig, Joan Sorribes y Marc Balaguer- se reúnen cada año para disfrutar de las vacaciones y conseguir ganar una carrera de coches. Pero este año es diferente. Aparecen el amor, los problemas familiares, las dudas… “Buscaba niños que no hubieran hecho nada de cine y que no tuvieran las manías de los actores”, ha señalado Freixas, que se vio con más de 800 niños hasta convencerse de que tenía a los adecuados.

Vuelco de sentimientos

Para conseguir la mayor naturalidad de sus interpretaciones, los cinco jóvenes convivieron durante el rodaje en una casa. “Cuando llegaba el fin de semana, no se querían ir”, ha apuntado. Para Freixas, los propios niños han realizado con Héroes “el viaje mítico” que narra la película. “Recordarán siempre el verano en que rodaron una película”, ha comentado. Como le pasaba a él: “Las partes más bonitas del verano están asociadas al verano. En la clase siempre tenías un rol pero cuando te ibas en verano, llegaba la libertad. Estaba la bici y tus colegas. Y más en esos veranos de esa época de segunda residencia, de camping. Son muy especiales para muchos de nosotros”.

Freixas ha realizado una catarsis interior en esta película, donde ha inundado a los chavales de sus propias vivencias. Empero, sí quiso marcar una línea con los actores. “No les vendí la iconografía de los 80”, ha matizado. Por ejemplo, se reían cuando veían los bañadores de entonces, ya que les parecía “horrorosos”. “Yo los veo y me siguen pareciendo míticos”, ha apuntado entre risas. El equipo también sufrió esos momentos de recordar sus años mozos con cada pantalón, gorra, o póster de ‘Los Goonies’. “Nos pasábamos diez minutos cotilleando las cosas que traían los de arte”, ha confesado.

En la reconstrucción de los decorados, el realizador de Cámara oscura dio rienda suelta a los profesionales. Sólo les pidió que trajeran “algo de su pasado”. “Iban a buscar lo que ellos recordaban. Era algo personal. Por eso creo que al proyectarse en una sala, el espectador la hace suya. Cada uno ve su infancia reflejada”, ha comentado el director, nervioso ante el inminente estreno.