«Me lo he pasado en grande». Esas fueron las palabras del pregonero tras dos horas en el escenario, y no es para menos. Durante el pregón, tuvo detalles para todos los que son sus amigos, a los que saludó sin disimulo dedicando algunos de los versos. Así lo hizo con Antonio Moure, al que parafraseó sus recordados versos al Dulce Nombre de María, y al que saludó complacido desde el atril. A los compañeros de la prensa, a los que Andrés no facilitó el pregón (se le perdona después de lo vivido), o a su familia, a la que tuvo presente en cada verso. Por cierto, en la jarra de plata, hubo oloroso, no agua...