El problema del desempleo en la ciudad es grave, pero aún se prefila peor el futuro más inmediato, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos sectores muy arraigados en la ciudad, como por ejemplo el de la producción de remolacha, se acercan peligrosamente a su desaparición, como alertaron ayer los dirigentes del Grupo Remolachero de Cádiz.
Fue su presidente, José Manuel Díez, el que no se andó con tapujos y acusó a la multinacional Ebro Puleva, a la Junta de Andalucía y hasta a la propia alcaldesa de Jerez de cruzarse de brazos y no dar la importancia que se merece «a la crisis a la que se enfrenta este cultivo, cuya desaparición puede tener efectos demoledores para la provincia, ya que supondría que unos 1.200 agricultores nos quedaríamos sin trabajo y los 600 empleados de las dos azucareras también acabarían en la calle. Eso sin contar a los cientos de maquinistas, transportistas y empresas auxiliares».
Con esta tajante advertencia, los representantes de los productores de remolacha quisieron dejar claro que en la situación actual, con la reducción de precios a la que obliga la OCM del azúcar y «la falta de cumplimiento de sus compromisos por parte de la Junta», hay pocas opciones para el sector y para el empleo industrial, pese a los anuncios de nuevas inversiones de la multinacional Ebro Puleva.
En este punto, el presidente del Grupo Remolachero hizo hincapié en que el anuncio de transformar la azucarera de El Portal en una refinería «no es ningún motivo de alegría ni de celebración». Y es que, en su opinión, no sólo los empleos que se pueden crear serán muchos menos de los que se van a perder, sino que «Ebro ya ha dejado muy claro que su intención es refinar azúcar que importará de otros países, porque su principal negocio es la distribución, y le da igual que se pierda toda la remolacha de la zona».
En la misma línea, el secretario general de Asaja Cádiz, Cristóbal Cantos, quiso ahondar en esta idea y apuntó que «las cuentas no fallan, y las 300.000 que Ebro dice que puede refinar en El Portal son exactamente la misma cantidad que se produce en países como Brasil».
Todos estos pasos de la industria traen malos presagios para los agricultores, que no quieren arrojar la toalla, pero que cada vez ven más claro que «en Andalucía no hay una apuesta real por este cultivo, como sí ha hecho Castilla y León, nuestra principal competidora, y en donde el Gobierno regional va a dar cuatro euros por tonelada de ayudas adicionales para hacer rentable el cultivo», destacó el presidente de Asaja Cádiz, Manuel Vázquez. «Se ve que allí la remolacha es fundamental de cara a la batalla electoral, mientras que aquí se saben ganadores y nos condenan al olvido», añadió. Sin embargo, como apuntó ayer el presidente del Grupo Remolachero, el sector va a levantar la voz ante la debacle que se avecina, y adelantó que «no nos vamos a quedar dormidos hasta después de las elecciones. Si no se mueven saldremos a la calle».
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