El director del CEIP Andrés de Ribera y compañero del profesor agredido, Javier Palacios, se emocionó al leer el manifiesto contra la violencia de su centro escolar en la Alameda Cristina y recibir el aplauso de las miles de personas que lo escuchaban. «Muchas gracias por no dejarnos solos», dijo al final, después de que la duda de que la concentración se celebrara se extendiera como la pólvora entre los colegios el día antes. Minutos antes, Palacios mostraba su alegría por «el respaldo aunque nosotros estábamos dispuestos a estar aquí aunque fuera solos».
El docente agredido se recupera poco a poco de sus heridas aunque tardará más en curarse la impresión psicológica. «Le da miedo cruzar la verja del colegio», explicó Palacios y «apuesto a que él no ha venido porque estaba mal». «En el centro estamos muy impresionados todavía. Además, hemos tenido segundas partes de aquello porque los padres han seguido intimidando a los profesores. Tenemos que tomar alguna medida dentro del colegio porque creemos que hemos perdido autoridad moral y fuerza de voluntad para enfrentarnos con los problemas».
Manifiesto
Sin megáfono y de forma totalmente improvisada, el director del colegio leyó el manifiesto elaborado por el claustro de profesores: «Denunciamos la indefensión y el abandono en que se encuentra el profesorado cuando informa o se produce una situación de violencia escolar y que la salida del docente del centro sea la respuesta más injusta, frecuente y cómoda». En su intervención destacó que «despreciar la violencia psicológica es desconocer la gravedad de las secuelas que el desprecio y la humillación producen en el profesorado». El representante del Andrés de Ribera hizo un especial llamamiento: «Reivindicamos la vuelta a la colaboración familia-escuela en la educación de sus hijos ya que nos vemos solos y desamparados».
Con respecto a las soluciones, Palacios indicó que «hay que poner en marcha la legislación y sacar una normativa nueva de violencia en las aulas. Cada vez que ocurra una cosa de esta se debe tomar como lo que es, un atentado a la autoridad y que las sanciones sean las máximas».
