Iñaki Blanco ultima los detalles de un acalorado Tintín que se desliza por el barrio Santa Cruz. Va componiendo los colores planos, los trazos limpios, imaginando que el personaje siente, allí mismo, sobre el lienzo, el mismo sopor que él experimentó en su primera visita a Sevilla. Artista pop y creador, junto con su colega Emilio Jiménez, de la serie pictórica Tintín en Cádiz, Blanco es el artífice de una de las creaciones más celebradas en la ciudad. «Hemos trabajado mucho con este personaje, lo hemos colocado en cientos de sitios pero es cierto que hay imágenes inolvidables, co-mo la de verle disfrazado en el barrio de La Viña o con los camellos en La Caleta».
«La idea de empezar a trabajar con Tintín surgió de un proyecto empresarial de diseño gráfico. La ocurrencia nos sorprendió y nos pareció genial así que empezamos a darle vueltas y surgió la serie en la que respetamos en todo momento los criterios de los herederos de Hergé que nos pidieron que en todo momento respetáramos totalmente la integridad del personaje», recuerda.
Así nacieron las imágenes del rubio periodista en los principales rincones de la veterana ciudad atlántica. Corriendo por Santa María junto a su fidelísimo Milú, trasladándose en paseo por el Campo del Sur.
El éxito de los trabajos, que sus autores «jamás habrían esperado», no se hizo aguardar. Los primeros cuadros desparecían de sus manos y, muy pronto, empezaron los encargos que todavían continúan llegando al estudio de los artistas.
«Creo que el éxito tiene que ver por el choque entre realidad y ficción y, sobre todo, por el propio personaje», asegura Blanco que se declara admirador veterano del reportero más famoso del cómic internacional.
«Da la casualidad de que tanto Emilio como yo éramos grandes seguidores del personaje. Yo me habré leído sus historias unas treinta mil veces...», bromea el artista .
Más de siete años después, los trabajos alrededor del viajero incansable continúan. Las peticiones siguen, a pesar de que la carrera artística de Iñaki Blanco continúa con un sinfín de proyectos, desde las series de Veleros y Faros a los proyectos en torno a una reinterpretación de la pintura taurina. Convertido en un personaje más de la orografía gaditana gracias al genio de dos artistas admiradores del mito, Tintín ha viajado también, gracias a estos creadores, a Madrid, Extremadura, Tarifa y Sevilla y continúa su periplo allá donde la imaginación sacude a estos artistas.
Sobre la posibilidad de que el periodista y los suyos vuelvan a recalar por las calles de La Tacita, Blanco deja la interrogante abierta. Aún siguen recogiendo encargos y, si el tiempo lo permite, a Tintín le quedan aún algunos sitios por visitar. Que los veamos.
