El Festival Finito Rock se celebró finalmente a pesar de todos los contratiempos con los que se han encontrado sus organizadores. La música comenzó con dos horas de retraso sobre el horario establecido, ya que los grupos comenzaron a probar sonido a la hora a la que estaba citada la juventud jerezana a la llamada solidaria del grupo Parafernalia, organizadores del evento que destinarán la recaudación del Festival a la ONG Infancia Sin Fronteras.
Abrió el Festival Enkay, aunque con escasa asistencia de público, todo lo contrario que la botellona del parque Iguazú, donde se habían citado muchos jóvenes que después disfrutaron de la música. Enkay estuvo correcto y, a pesar de todo, consiguió conectar con la concurrencia.
Fue el grupo jerezano Parafernalia el que consiguió reunir en la carpa de la Juventud a un millar de jóvenes, que aparcaron por unas horas los libros (ante la inminente llegada de los exámenes) para corear las canciones de sus grupos favoritos.
Parafernalia se metió a los asistentes en el bolsillo con su estilo inconfundible, a camino entre el flamenco y el reagge. A partir de este momento, la carpa de la juventud comenzó a llenarse. Maca, la vocalista de la formación jerezana, estuvo, como siempre, perfecta. Entonces fue cuando se arrancó por bulerias acompañada por Enkay, a quienes invitaron a subir al escenario para que fuesen también partícipes del jolgorio que en ese momento se vivía en la carpa de la Juventud.
El plato fuerte llegaría, sin embargo, con la aparición sobre el escenario de Eskorzo y la Excepción. Como aperitivo a estos grupos aparecieron los Aslándticos, que siguió con la racha de música en directo. Al cierre de esta edición, continuaba con la música en directo sobre el escenario de Tomasito, quien anunció que iba a haber alguna que otra sorpresa abriendo la recta final del Festival.
