Tercer festejo de lo que va hasta el momento en El Puerto con uno de los peores balances que se recuerdan. No está acompañando la suerte ni a la empresa, ni a los toreros y, peor aún, a los aficionados que están acudiendo al coso taurino portuense. Sólo dos orejas en tres festejos es el balance triste, y eso teniendo en cuenta que son novilladas, donde el animal que se lidia suele embestir con más posibilidades que los toros que se lidiarán a partir de próxima semana. Ojalá que estemos equivocados y no seamos agoreros, pero puede que lo peor todavía esté por venir.

El cartel de ayer era atractivo por diferentes motivos. Toreaba el número uno del escalafón de novilleros, en sustitución de Cu-rrito. Pérez Mota es el que más torea de todos los jóvenes, incluso por encima de Cayetano. Agustín de Espartinas, pupilo privilegiado de Espartaco y hombre que además tiene la suerte de hacer de doble en la película Manolete, es un joven desconocido para muchos, pero que trae buenas referencias. Y el tercero en liza El Moronta, apoderado por José Luis Galloso, tiene la gran virtud de conectar rápido con el público. Con estos ingredientes sólo faltaba que la novillada embistiese, pero finalmente la sosería de los novillos, a excepción del lidiado en cuarto lugar, no sirvió.

Pérez Mota, salió con ganas. El torero de corte artístico se encontró con el mejor novillo de la tarde al que supo entender, sobre todo, con la muleta en la mano derecha. Su secreto: dejarla siempre puesta delante y enganchar al novillo para así traerlo muy toreado. Con las zapatillas clavadas en la arena, le sobró la mano izquierda, mató bien y paseó el único apéndice de toda la tarde.

A Agustín de Espartina se le vió un poco verde con el capote y puso poca carne en el asador en la faena del único que le pudo servir. El Moronta no tuvo suerte con su lote, lo intentó sin poder conectar, como suele ser habitual en él.