Al concluir la última misa del encuentro, Benedicto XVI pidió que le llevasen a la sacristía un vaso de horchata para refrescarse de las altas temperaturas, cercanas a los 30 grados, que se registraban en la ciudad. Precisamente, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Chufa había preparado horchata, una bebida típica valenciana, para que el Papa y su séquito merendaran por la tarde. En su viaje de regreso a Roma, degustó un menú compuesto por los mejores productos del país, elaborado por el chef catalán Sergi Arola y el repostero de Elda Paco Torreblanca. Iberia le obsequió con una talla de la Virgen del Loreto, obra del sevillano Salvador Madroñal.