LA operación Lluvias de verano puede no circunscribirse al rescate del soldado Guilad Shalit sino que muy probablemente servirá de pretexto a Israel para «modificar completamente el mapa estratégico de la región». Este fue el análisis que hizo ayer Yuval Diskin, el jefe del Shin Bet, los servicios secretos para el interior de Israel y los territorios ocupados, durante su comparecencia ante el Consejo de Ministros presidido por Ehud Olmert.

Algunos medios se hicieron eco de las palabras de Diskin aunque no precisaron los detalles de su intervención. Su planteamiento coincide con el del analista Ayman Shahin, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Al Azhar de Gaza, un feudo de Al Fatah, para quien «Israel está trabajando con el fin de crear una nueva situación estratégica» en la región.

«Hasta ahora las reglas del juego permitían a las milicias disparar cohetes Qasam contra el sur de Israel y algunas operaciones concretas que no tuvieran grandes consecuencias, pero eso se ha acabado. Las reglas del juego no permitían que las milicias secuestraran a un soldado, y lo que ha ocurrido ha conducido al final del status quo vigente hasta ahora».

Añade «que Israel quiere empeorar la situación hasta llegar a un punto en que sea intolerable para los palestinos y que sean los propios palestinos quienes supliquen que se vuelva a la situación anterior». «Lo de Cisjordania se acabó con la operación Escudo Defensivo en 2002. En ese momento desapareció la ANP de Cisjordania y ahora los israelíes quieren hacer lo mismo en Gaza», asegura Shahin.

Shahin considera que Olmert ha obtenido la luz verde de la comunidad internacional para llevar adelante su «plan de convergencia» y en su camino se interpone Gaza, de ahí que la decisión de acabar con la ANP y la resistencia en la Franja sea prioritaria. «Tel Aviv tiene que acabar con Gaza para poder hacer lo que desea en Cisjordania, si no, no le será posible».