Poco importa si la actuación integral que demandan las barriadas jerezanas viene promovida por una delegación o por otra, si parten de los Presupuestos Participativos o de programas específicos, ya que lo realmente prioritario es que se plantee un plan global que implique su modernización a nivel de infraestructuras y servicios. No puede haber dos ciudades: una la joven y dinámica, y la otra, la que vive ensombrecida por el envejecimiento de sus viviendas, sus calles o sus precarios espacios verdes. Más allá de conflictos políticos e intereses electorales, los barrios de Jerez merecen una inversión sólida, contundente y efectiva. Y no admiten más prórrogas.