Como todos sabemos el Papa Benedicto XVI estará con nosotros los días 8 y 9 de julio. Es una visita histórica por muchos motivos: en primer lugar porque quien viene a Valencia no es simplemente un Jefe de Estado como a algunos les gusta llamarlo, sino que es el «Sucesor de Pedro», aquel que para nosotros los católicos es garantía de nuestra comunión verdadera con Cristo y con los hermanos. Quiso el Señor fundar su Iglesia en la debilidad humana del pescador Simón Pedro que lo constituyó primero entre los apóstoles y le dio el poder de «atar y desatar» (Mt 16,18-19). Desde aquel entonces el Ministerio Petrino, propio de los sucesores de Pedro hasta Benedicto XVI, es fundamento y principio visible de la unidad de la Iglesia. ¿Quién está «con Pedro y bajo Pedro» está con Cristo y su Evangelio!

En segundo lugar esta visita tiene un contenido: la celebración del V Encuentro Mundial del Papa con las Familias que tiene como marco España y como lugar concreto la ciudad del Turia, y cuyo lema es la transmisión de la fe en la familia. No es un acontecimiento que deba ser leído en clave política, sino contemplado con los «ojos de la fe» de los católicos y todas las personas de buena voluntad que ven como un don aquella familia basada en el matrimonio entre el hombre y la mujer que abiertos a la vida contribuyen al bien de la sociedad. Por ello diría el recordado Juan Pablo II en el último Encuentro celebrado en el año 2003 en Manila: «La familia fundada en el matrimonio es patrimonio de la Humanidad, es un bien grande y sumamente apreciable, necesario para la vida, el desarrollo y el futuro de los pueblos». ¿No hay una sociedad sana y con futuro si ésta no valora y cuida la familia!

Tercero, vamos a celebrar los católicos la bellaza de vivir eclesialmente la familia y vivir la Iglesia familiarmente en medio de los desafíos que hoy tiene la institución familiar en occidente y de manera particular en España. Benedicto XVI aportará una fina y elocuente doctrina para fundamentar el único modelo de familia que hay que es el «tradicional», pues tradicional viene de traditio, entrega, y no se puede entender la familia sin la donación complementaria de los esposos, de la entrega amorosa a los hijos y de la transmisión de los valores y creencias que dan sentido a sus vidas y a la historia de la sociedad.

Por último, quien viene es el Papa Ratzinger, aquel que en el poco tiempo que lleva al frente de la Sede de Pedro, ha sabido ganarse el corazón de los católicos y conquistar la admiración de la inmensa mayoría de la opinión pública mundial con su sabiduría, sencillez y bondad. Preparémonos para su visita como la del Padre común que viene a reafirmar nuestra fe en tiempos difíciles para el catolicismo español. Estoy seguro que nuestra Iglesia de Jerez sabrá demostrar, con el ardor y la ilusión que le caracteriza, su amor desbordante hacia el Papa: ¿Todos a Valencia!