El histórico Hotel Playa Victoria ha cumplido sus bodas de diamante dentro de una ambiente festivo y con el objetivo de seguir jugando ese papel fundamental que ha desempeñado durante 75 años en la ciudad de Cádiz.

El hotel, inaugurado en el año 1931 sobre un antiguo balneario, ha sido decisivo en generaciones anteriores y ha sabido llegar hasta nuestros días adaptándose a las necesidades de la vida moderna y constituyendo uno de los referentes de la oferta turística gaditana.

La onomástica dio comienzo con un pequeño discurso del director de dicho hotel, Antonio Presencio que se encontraba acompañado del director general del grupo propietario del edificio, Palafox Hoteles, Gonzalo Gurriarrán.

Para tal evento, el edificio fue decorado por el zaragozano Nacho Vergara, que inspiró el ambiente en el movimiento de la olas, el viento y el mar que tanto representa a Cádiz y a la zona del hotel.

La fiesta se repartió en tres ambientes: la del bar en la que actuaba un trío de jazz, la del restaurante con un saxofonista y la de la piscina, con el grupo Jamba Dixielan.

Un gran número de invitados eran antiguos clientes del hotel que había venido desde diversos puntos de la geografía española. Entre el numeroso invitados se encontraban la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, Federico Linares, Isaac Hermó, Miguel Sánchez-Delage, Jorge Kaufmann, Santiago Raposo, las hermanas Vela-Barca, Pablo Grosso y Felipe Meléndez. Los asistentes pudieron disfrutar de la gastronomía y de la música hasta entrada la noche.

En otro orden de cosas, la promoción 1980-81 del colegio de Guadalete ha celebrado sus bodas de plata y una misa de acción de gracias. Una vez finalizada la ceremonia, se trasladaron al Hotel Monasterio, donde se sirvió un aperitivo seguido de un almuerzo. Entre ellos se encontraban Alfonso Guillén, Juan Pablo Ruiz-Tagle, Alejandro Grosso, Marcos Camacho, Ángel Carrero, Pablo Domecq, Javier de Torres, Jaime Manrique, Juan García Jarana y Ramón Fondan.