Sarkozy se mostró parco y a veces esquivo en sus respuestas, y al ser preguntado sobre si su Gobierno teme que la presión de ETA y la izquierda abertzale se pueda trasladar a Francia en el caso de que la banda terrorista deje las armas y se lleguen a determinados acuerdos políticos, el dirigente reiteró el respeto de Francia «a lo que haga el Gobierno español para resolver el tema. Además hay una permanencia del Estado. Es una cuestión española que no puede dejar de interesarnos y concernirnos», añadió.

El viernes mismo, los dirigentes de Batasuna Joseba Álvarez y Jean-Claude Aguerre entregaron una carta en el Palacio del Elíseo reclamando al Gobierno francés que deje de tratar el tema del «conflicto vasco» como una cuestión interna española y que abogue por una solución «política». El pasado 14 de junio, ETA hizo público su penúltimo comunicado en el que instaba a Francia a abrir un diálogo y a dar «pasos concretos demostrando su compromiso para dar una solución democrática al conflicto».

La pregunta sobre la carta de Batasuna fue la única que atendió Sarkozy, que alegó la obligada «discreción y reserva» que precisa el asunto y no se pronunció al ser interrogado sobre si trató con Zapatero el asunto de los presos etarras en Francia.