Thor Hushovd es un tanque a nivel físico que mide 1,83 metros y pesa 81 kilos. Una auténtica fuerza de la naturaleza que le permitió vestirse de amarillo en el prólogo de un Tour en el que se notaba algo extraño en el ambiente. Thor, el dios del trueno, se impuso por delante de dos de los grandes favoritos para ser los primeros líderes de la carrera, el americano George Hincapie, al que ganó por décimas de segundo, y al también americano David Zabriskie, que cedió cuatro segundos, los mismos que el alemán Sebastián Lang y Alejandro Valverde.

El corredor murciano se convirtió en la gran sorpresa de estos 7,1 kilómetros iniciales y se postula como un serio candidato a meterse en el podio final de París, mientras la carretera no diga lo contrario. «Este tiempo demuestra que la progresión que llevo en las contrarrelojes es buena. Estar en los tiempos de Zabriskie e Hincapie quiere decir que estoy haciendo las cosas bien en ese terreno. Yo tenía confianza en estar con los mejores o cerca de ellos y no me puedo quejar», señaló uno de los ciclistas que puede convertirse en el gran animador de la prueba.

Mucha igualdad

De los hombres que quedan en carrera no hay ninguno que se pueda decir que es muy superior a Valverde, aunque estemos hablando sólo de siete kilómetros. Ha sacado tiempo a todos los favoritos, menos a George Hincapie, que va a ser otra de las sensaciones de este Tour, algo que no resulta nuevo puesto que su ex compañero, y amigo, Lance Armstrong, ya advirtió hace un año que era un serio aspirante para poder ganar un día la prueba, sobre todo tras ver como ganó la etapa de montaña de Saint-Lary.

Ha llegado a Estrasburgo fresco, recuperado de la espectacular caída que tuvo en la París-Roubaix, y es segundo en la general. Si se mantiene la actual situación, en la contrarreloj del sábado, sobre 52 kilómetros, podría ser el nuevo líder.

Valverde ha realizado la mejor contrarreloj de su vida en una distancia corta, en un recorrido entre calles, en la que el ganador voló a una media horaria de 51,429 kilómetros por hora, que es mucho andar.

Entre los diez primeros de la general se han colocado tres americanos, Hincapie, Zabriskie y Landis, que han mantenido el nivel que mostraron en la contrarreloj, de más de 40 kilómetros, del Dauphiné Liberé.

Corredor en progresión

Tampoco lo ha hecho nada mal Cadel Evans, con 13 segundos cedidos. El australiano es de esos ciclistas que parece que nunca van a terminar de explotar. Es otro de los que puede estar ante su gran oportunidad. La gran decepción ha sido el escocés David Millar, que había preparado a conciencia este prólogo, lo había visto unas 20 veces, y quedó a 14 segundos de un Hushovd que además de ser uno de los hombres más rápidos del pelotón mundial también sabe sacar partido de su potencia en las contrarrelojes cortas. Millar ha acusado los dos años de inactividad que lleva desde que fue sancionado por tener una ampolla de EPO en su casa y esa falta de ritmo, a pesar de su clase, y de sus condiciones, ha resultado decisiva. Su cerebro quería volver a ganar, pero sus piernas, su cuerpo, no está todavía en condiciones de hacerlo.

Hushovd lleva ocho años como profesional y todos ellos ha estado en el mismo equipo, el Crédit Agrícole, con quien fue el año pasado maillot verde del Tour, además de ganar dos etapas, una de ellas una contrarreloj por equipos en 2001. La otra fue en 2002.