«Es de Cádiz y se llama Fran». Así, rememorando la legendaria reseña de Corrochano a Cayetano Ordóñez, comenzaría la crónica de sus sueños y la de todos los que lo apoyan, que son legión en la Bahía. Sin embargo, para que llegue ese momento, falta mucho. Porque Fran Gómez (Cádiz, 1991) tiene sólo quince años y una sonrisa de descarada timidez. Ayer, en la víspera de su cita más importante de su corta vida en los ruedos, ante el público que lo apoya con viajes en autobús, la esperanza de luces de la ciudad acudía a su colegio con uniforme de alumno raso para presentarse a un examen de Tecnología. «Creo que me ha salido bien», dice el alevín. Más le vale. Si suspende, no seguirá en la escuela taurina de Jerez, como todos sus compañeros, los niños que juegan y sueñan en torero.

-Has pasado la víspera de tu presentación en Cádiz en el colegio...

-Sí, haciendo un examen de Tecnología. Creo que me ha salido bien. Eso espero porque si no, me echan de la escuela taurina.

-Recientemente has dejado la Escuela Taurina de San Fernando para incorporarte a la de Jerez. ¿Porqué?

-Me lo ha dicho mi apoderado. Y yo hago lo que ellos me dicen. Es para seguir mejorando. Ahora estoy con el maestro Antonio Lozano.

-¿Cómo es?

-Muy exigente y, sobre todo, muy insistente.

-¿En qué te insiste más?

-En todo, sobre todo en el capote.

-¿Prefieres el capote o la muleta?

-Lo que más me gusta es el toreo de capote. Me gusta más desde pequeño por lo que siento...

-Te has fijado en Rafael de Paula.

-¿Claro! Aunque él es el maestro... Está en otra dimensión.

-¿Qué sentiste cuando Juan Reyes te dijo que ibas a torear en Cádiz?

-No me lo esperaba. Me quedé muy sorprendido. Tengo muchísima ilusión por este día. Torear con mi gente, en una ciudad en la que han toreado gigantes como Manolete, Curro, Paula, Paquirri...

-De entre todos esos, ¿cuál quieres ser tú?

-Enrique Ponce. Porque tiene mucha técnica, torea muy bien. para mí es el mejor.

-¿Va a haber mucha competición esta tarde con tus compañeros?

-La lógica de siempre, aunque tengo buenos amigos en el cartel. He toreado con Ramón Tamayo y con Francisco Ramos.

-Aunque toreas en casa y gran parte del público va a estar contigo...

-¿Sí, por supuesto! Hoy juego como equipo local, y los demás son los visitantes. El local siempre espera ganar.

-¿No pesa el compromiso de torear en la vuelta de las corridas de toros a Cádiz después de tanto tiempo?

-No. Cuando toreo, estoy muy tranquilo. No me pongo nunca nervioso antes de llegar al patio de cuadrillas. Cádiz es un compromiso muy importante, porque es mi casa y estoy delante de la gente que me apoya, pero, para quitarme responsabilidad, pues lo comparo con otras plazas y me convenzo de que es una tarde y una plaza más.

-¿Qué te dice tu apoderado Juan Reyes?

-Me dice que esté bien, pero con algo de guasa (se ríe). Me recuerda que hay que achuchar.

-¿Y tu madre?

-La pobre, que lo deje, porque le da pánico. Aunque sabe que es mi afición, lo que me gusta y se resigna.

-¿Te va a ir a ver?

-No, ella se queda en casa.

-¿Cuál ha sido tu peor momento en los toros?

-Hace dos domingos, en Jerez, un novillo me cogió contra las tablas y me dio una paliza importante.

-¿Y el mejor?

-Torear con dos figuras del toreo como Ruiz Miguel y Víctor Mendes en Los Barrios en el Festival Flamenco Taurino.

-¿Quién te cantó?

-Felipe Scapachini

-¿Te gusta mucho el flamenco?

-Mucho. Sobre todo Camarón, aunque también me encanta el Carnaval.

-¿Nunca te has animado a salir? Serías un torero carnavalesco.

-Una vez, pero prefiero escuchar.

-¿Y la Semana Santa?

-Me gusta mucho. Más incluso que el Carnaval. Soy hermano de La Borriquita, Veracruz, Piedad y El Descendimiento.

Encomendado

-¿A quién llevas en la capilla del hotel?

-Nunca rezo en el hotel. Si acaso, algo en la plaza de toros. Eso sí; en el traje llevo algunas medallas: el Cristo de la Piedad de Cádiz y la Pastora de San Fernando.

-Además de matador de toros, ¿qué te gustaría ser?

-Matador de toros. Yo sólo pienso en eso. Me cuesta mucho trabajo estudiar. haré el bachillerato y luego me dedicaré al toro por entero.

-¿Qué te dicen en clase?

-Que estoy loco.

-¿Te van a ir a ver tus amigos?

-Sí, algunos.

-¿Y alguna amiga?

-Algo, no lo sé. Creo que sí (se ríe).