El equipo médico de Regina y Renata Salinas Fierros vigila atentamente la evolución de las pequeñas siamesas hispanas en las horas críticas tras su separación quirúrgica realizada el miércoles en Estados Unidos.

Las niñas descansan sedadas y en estado grave, pero estable, según fuentes del Hospital Infantil de Los Angeles. Las siamesas nacieron en esa ciudad el 2 de agosto del 2005 unidas por el abdomen y compartían parte de las costillas y el hígado, intestinos, genitales, aparato urinario y pelvis. Sus padres, los mexicanos Sonia Fierros, de 23 años, y Federico Salinas, de 36, procedentes de Juárez, se encontraban de visita en la ciudad cuando supieron que sus hijas eran siamesas.

Dentro de la cautela, los médicos son optimistas con la evolución de las pequeñas, que se encuentran en la unidad de cuidados intensivos conectadas a un respirador en camas adyacentes. «Están descansando cómodamente», señaló ayer el portavoz del centro, Steve Rutledge.

Los médicos vigilan cualquier señal de infección o hemorragia, mientras siguen la evolución de las niñas. La operación consiguió separarlas tres horas antes de lo previsto, lo cual disminuye el riesgo de infección, tras una maratoniana sesión de 22 horas.

Durante la operación, los médicos repartieron los diferentes órganos entre las dos niñas, menos en el caso del intestino grueso, que fue para Renata, la más desarrollada de las dos.

Regina, la más pequeña, sólo tiene un riñón y necesitará una colostomía, dado que también carece de ano y de la musculatura normal del glúteo. No obstante, los médicos esperan que las dos niñas puedan mantener una vida independiente y normal tras fisioterapia y posiblemente posteriores operaciones.

Los padres y dos hermanos de las niñas permanecen a su lado con visados de turista, y han expresado la alegría de ver a sus hijas separadas. Aunque Salinas declaró a la prensa su deseo de regresar a México, no descarta la posibilidad de permanecer en Estados Unidos si es necesario para la salud de sus hijas y si inmigración lo permite.