Ollanta Humala tuvo que pedir al presidente Chávez que deje de apoyarle. Esa defensa plagada de descalificaciones hacia su rival le ha resultado contraproducente. Tuvo que salir al paso y asegurar que lo que diga el gobernante venezolano «es irrelevante» y que el pueblo peruano conoce sus «características». «Los nacionalistas no nos sujetamos a ningún interés foráneo», dijo Humala. E insistió en que el «proceso electoral es del pueblo peruano, y en ese sentido es mi petición a todos los países a que no interfieran en el proceso que se está llevando a cabo en el Perú, y obviamente eso incluye a Venezuela».

Pero no se quedó ahí y pidió que el Gobierno de Estados Unidos haga lo mismo, porque «también está de alguna manera interfiriendo en el proceso electoral, a través de su Embajada». Humala, no dice cómo lo sabe, pero asegura que García «es el candidato de Estados Unidos».

También denunció un pacto entre Alan García y Fujimori para indultar al ex presidente que espera en Chile el proceso de extradición por acusaciones de corrupción y violación a los derechos humano y a su ex asesor Vladimiro Montesinos preso en Perú y con varios procesos penales pendientes. Y otro entre García y Toledo por el que el mandatario saliente no sería investigado.

Ollanta es el segundo de los siete hijos de Isaac Humala, fundador del etnocacerismo, una doctrina nacionalista que exalta el pasado inca, defiende la nacionalización de la industria, la instauración de la pena de muerte y el libre cultivo de la hoja de coca. Hizo carrera en el Ejército donde ingresó en 1982. Como cadete pasó por la tristemente famosa Escuela de las Américas, que formó a la mayoría de los militares golpistas del continente americano.

Periplo

Se le acusa de violaciones a los derechos humanos por abusos a civiles cometidos entre 1992 y 1993, mientras era jefe de una base militar que combatía en la selva a la organización guerrillera de Sendero Luminoso. En 2000 encabezó una rebelión militar exigiendo la dimisión de Fujimori después de un escándalo de corrupción de Montesinos. El Congreso le perdonó, regresó a sus actividades militares y fue agregado militar en Corea del Sur del Gobierno de Toledo hasta diciembre de 2004, cuando con el grado de teniente coronel fue pasado al retiro. Su hermano Antauro encabezó otra asonada pidiendo la renuncia de Toledo por corrupción, y pasar al retiro a Ollanta y otros 200 oficiales del Ejército.

Casado, cumplirá 43 años el próximo día 27. El mayor lastre de Humala radica en su entorno. Su madre declaró que había que fusilar a los homosexuales, su padre defiende que los blancos deben ser expulsados del país y Antauro, desde la prisión donde cumple condena por la asonada, dice que el gobernante debía ser ejecutado con su mujer y el Gabinete.