La desarticulación hace dos semanas de la banda de kosovares, experta y peligrosa, que asaltaba viviendas en diversos localidades de la Bahía (Jerez, El Puerto de Santa María, Chiclana, Rota, etc) ha demostrado que la provincia de Cádiz también es un campo de acción de los profesionales del robo.

Sólo en los últimos meses, se han denunciado asaltos en los barrios jerezanos de Montealto y Álvaro Domecq, en residenciales de Chiclana como La Barrosa o el Novo Sancti Petri, en lujosos chalés de Sotogrande (San Roque), y en urbanizaciones de El Puerto de Santa María como El Águila y la Hijuela, o Vistahermosa, donde en dos meses se han desvalijado hasta seis viviendas diferentes ante la impotencia de los vecinos.

Los robos registrados en las últimas semanas en hogares de la provincia, en un momento de inquietud nacional por la oleada de violentos atracos en Cataluña, han provocado que muchos habitantes de zonas netamente residenciales de la provincia incrementen las medidas de seguridad en sus hogares, según advierten colectivos vecinales y empresas dedicadas a prestar este tipo de servicios.

Cámaras de vigilancia, sensores invisibles que alertan de la presencia de intrusos, cristales blindados o sistemas de iluminación inteligente, que simulan la presencia de personas en una casa, son algunos de los sistemas más instalados para disuadir a los malhechores.

T. M., un hostelero gaditano que sufrió un robo en su domicilio, ha decidido incrementar las medidas de seguridad de su hogar, con varias alarmas, puertas antirrobo y vallas altas.

«Además, estamos pensando en comprar un perro de guardia, que nos pueda avisar en el caso de que alguien entre en casa, armar escándalo si no estamos, y que pueda defendernos también», señaló.

Bandas profesionales

En el mercado de la delincuencia operan chorizos poco cualificados, pero también bandas profesionales, con cuidadas estrategias de seguimiento de sus víctimas, como ha demostrado la detención del clan de los 18 albanokosovares.

Manuel Ruiz, director comercial de la compañía Securitas Direct, especializada en dispositivos de seguridad, señala el cambio en el modus operandi de los delincuentes también está provocando cambios rápidos en la demanda de equipos de vigilancia: «Antes, los clientes contrataban nuestros servicios para proteger sus bienes cuando estaban fuera de casa. Ahora, cada vez se demandan más sistemas de seguridad que protejan al ciudadano mientras se encuentra en el domicilio. Quieren protección para sus familias».

Manuel Martín, presidente de la Asociación de Propietarios de La Barrosa, también destaca el notable incremento de medidas de seguridad activa en las viviendas de la zona, muy atractivas para los delincuentes porque son, en su mayor parte, segundas residencias y permanecen vacías durante la mayor parte del año.

«Nosotros insistimos también mucho en la atención a los detalles: no dejarse la puerta del garaje abierta, conectar siempre las alarmas, aunque sólo sea para salir a pasear...», relata Martín.

A pocos kilómetros, en el Novo Sancti Petri, cada vez se contrata más seguridad privada, tal y como reconocen fuentes de la asociación de propietarios de la urbanización Parcelas de Golf.

Tampoco descartan algunos vecinos el uso de armas como elementos disuasorios.

Un vecino de Vistahermosa, L. M. H., reconoce que hace unos días rescató del fondo de su armario una pistola de fogueo que había comprado hace tiempo.

«En un momento difícil, he pensado en utilizar la pistola para amedrentar al ladrón. Hace bastante ruido y pega un buen fogonazo», comenta este vecino de El Puerto.