La voz Digital
Lunes, 22 de mayo de 2006
  Alertas   Envío de titulares    Página de inicio
PORTADA NOTICIAS ECONOMÍA DEPORTES OCIO CLASIFICADOS SERVICIOS CENTRO COMERCIAL PORTALES


PORTADA
Temas
Un grito de protesta que no cesa
Unas 2.000 personas secundaron la tradicional Marcha a Rota a favor de la eliminación de las bases militares en Andalucía
Un grito de protesta que no cesa
Un intenso calor acompañó a los manifestantes hasta las instalaciones de EE UU y de vuelta al pueblo de Rota.
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar

Publicidad

Casi dos mil gargantas convertidas en una sola voz. Un incansable canto de protesta en favor de la paz que se repite cada año con una única intención: el cierre de las bases norteamericanas de Morón y Rota. Bajo el ya tradicional OTAN no, Bases fuera, unas 2000 personas secundaron ayer la XXI edición de la Marcha a Rota conviertiendo su discurrir en los alrededores del recinto militar en una constante metáfora de ese anhelado pacifismo que les hizo reivindicarse por primera vez en 1975.

Un sofocante sol de mediodía calentaba con fuerza cuando los manifestantes comenzaron a congregarse en el cementerio de la localidad. Autobuses procedentes de varios puntos de Andalucía trasportaron a los integrantes de los colectivos organizadores del evento hasta el camposanto roteño.

Pasadas las doce, la comitiva se dispuso a emprender su camino guiada por una pancarta que rezaba Andalucía: tierra de paz. Las canciones reivindicativas no se hicieron esperar. Los manifestantes coreaban al unísono un amplio repertorio de temas de autor mientras ondeaban las banderas de sus distintos grupos sociales o partidos políticos.

La muchedumbre rodeaba alegremente la alambrada de la Base Naval precedidos por coordinador general de Izquierda Unida, Diego Valderas, quien encabezaba la marcha. «Para nosotros es muy importante poder realizar esta manifestación junto al recinto militar, no en El Puerto como se hacía antes» explicaba Loles Cervantes, portavoz local de este grupo político quien destacaba que esta nueva ubicación «permite que los manifestantes sean verdaderamente conscientes de lo que supone convivir con una base de estas características».

Terminado su peregrinar por la carretera paralela al recinto militar, la manifestación se desvió para adentrarse en el pueblo por la Avenida de la Libertad. Desde allí callejearon hasta instalarse en la explanada de Renfe, solar cercano a las instalaciones militares. Allí el poeta Juan Rincón leyó un emotivo manifiesto compuesto para la ocasión. Los asistentes aplaudieron efusivamente. Posteriormente, miembros de la Vía Democrática de Marruecos y los representantes del Consejo de Paz de Portugal pronunciaron algunas palabras para cerrar la celebrada intervención de Rincón.

El acto finalizó con la entrega del citado manifiesto al brigada de Infantería de Marina que custodiaba la puerta del control de la Base Naval. «Esperamos que haga llegar este escrito tanto el presidente Bush como a Zapatero» le indicó Antonio Criado, portavoz andaluz de la Marcha, al oficial.

«Ha sido una experiencia preciosa, se ha vivido un ambiente estupendo, nunca olvidaré este día», comentaba Marta, una joven sevillana que acudió a la Marcha por primera vez.

Y es que, tras casi tres horas de intenso caminar bajo un sol agotador, el cansancio no parecía haber hecho mella entre los asistentes. Unas personas a las que el paso de los años no les ha arrebatado la ilusión de luchar por una causa que creen justa.



Sudoku Canal Meteo Horóscopo
Vocento