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Sábado, 29 de abril de 2006
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Chirac y De Villepin niegan estar detrás de un montaje contra el titular de Interior
Un delator anónimo envió a un juez galo listas trucadas con supuestos titulares de cuentas secretas, entre ellos Sarkozy
Chirac y De Villepin niegan estar detrás de un montaje contra el titular de Interior
POLÉMICA. Nicolas Sarkozy lee un periódico durante una sesión de la Asamblea Nacional junto a un adusto Dominque de Villepin. / AP
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El presidente francés, Jacques Chirac, y su primer ministro, Dominique de Villepin, negaron ayer haber orquestado un montaje contra el titular de Interior y presidente del partido gobernante, Nicolas Sarkozy, para que apareciera implicado en el 'caso Clearstream', una supuesta trama de corrupción política a gran escala.

Las sospechas de manipulación que convulsionan la cúspide de un régimen en plena descomposición emanan de la confesión judicial de un antiguo espía, revelada por el diario 'Le Monde', que asegura haber recibido orden de De Villepin, por instrucción de Chirac, de investigar confidencialmente a Sarkozy.

El general Philippe Rondot, recién jubilado de una carrera de 30 años en los servicios de la inteligencia militar, fue citado el pasado 28 de marzo por los dos jueces encargados de descubrir la mano negra del 'caso Clearsteam'. Investigan la identidad del delator anónimo que hace un par de años envió a otro magistrado listados informáticos adulterados con los supuestos beneficiarios de cuentas secretas en la agencia financiera que da nombre al escándalo. Entre los nombres citados figuraban Sarkozy y otros políticos de derecha e izquierda.

Largo interrogatorio

En las veinte páginas de su declaración, al cabo de catorce horas de interrogatorio, Rondot explica que en noviembre de 2003 recibió una copia del listado de manos de Jean Louis Gergorin, íntimo del primer ministro y vicepresidente del grupo aeronáutico y de defensa EADS. Añade que el 9 de enero de 2004 De Villepin, entonces ministro de Asuntos Exteriores, le ordenó investigar por encargo de Chirac si las personalidades citadas en la lista tenían cuenta en Clearstream y que «el nombre de Sarkozy fue evocado».

El testimonio del ex espía, ratificado por sus agendas confiscadas en un registro policial, sugiere que De Villepin sabía desde el principio que los listados estaban trucados ya que procedían de uno de sus allegados. Según la versión del jefe del Gobierno, en la reunión mencionada «nunca hablamos de Nicolas Sarkozy como posible titular de cuenta bancaria en el extranjero» y no averiguó que se trataba de una manipulación hasta recibir un informe del contraespionaje meses después, cuando había pasado de ocupar la cartera de Exteriores a la de Interior.

Un breve comunicado emitido por el palacio del Elíseo, con la tinta de 'Le Monde' aún fresca en los quioscos, hizo saber que Chirac «desmiente categóricamente haber pedido la menor investigación orientada hacia personalidades cuyo nombre ha podido ser mencionado». Alguien miente. ¿Quién? Tal vez todos. Algún observador perspicaz no descarta que el propio Sarkozy haya instrumentalizado al veterano espía para cocinar su venganza.

Cruce de 'disparos'

«Sarkozy ha disparado una bala en la cabeza a Villepin con la crisis del contrato juvenil y quiere rematarlo para estar seguro de que está muerto de verdad. Pero Villepin no se da por acabado y quiere pegarle dos tiros en pleno corazón a Sarkozy». La autoría de este comentario en privado es atribuida al chiraquista Jean Louis Debré, presidente de la Cámara de los Diputados, por el diario 'Le Parisien', que asegura que el jefe del Gobierno y el ministro del Interior apenas se hablan.

«Yo, cuando disparo, es para matar, no para herir. El desenlace está cercano», dicen que ha dicho Sarkozy. A un año exacto de las presidenciales, las balas silban en 'OK Chirac'.



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