La inflación se mantuvo en el 3,9% durante abril, lo que unido al hecho de los precios aumentaron dos décimas en la 'zona euro' durante el mismo período, hizo que el diferencial de precios con España se redujera en la misma proporción hasta el 1,5%. No obstante, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, señaló que la situación habría podido ser mejor de no haber sido por «la mala evolución» de los costes de los carburantes y los servicios, en especial durante la Semana Santa.

Con todo, el Ejecutivo mantiene su estimación de que el índice de precios de consumo (IPC) terminará el verano cerca del 3%, nivel que mantendría sin sobresaltos hasta finales de año. Para ello, Vegara dijo que la Administración confía en que el petróleo registre «una progresiva desaceleración», algo que a día de hoy no parece muy viable, pues la mayoría de los expertos cree que el barril de crudo «difícilmente» cederá ya de la barrera psicológica de los 70 dólares.

Dificultades

Consciente de esta coyuntura, el secretario de Estado reconoció que cumplir las previsiones que tiene el Gobierno es «algo más difícil». En los próximos meses habrá que estar atentos a la evolución de los carburantes, cuyos precios se encuentran en máximos históricos. El dato del IPC armonizado -medido con criterios homogéneos en todos los países de la 'zona euro'- no será confirmado por el Instituto Nacional de Estadística hasta el 12 de mayo. Aunque en meses anteriores hubo una variación de alguna décima entre el indicador adelantado y el oficial, esta vez casi todos los expertos coinciden en dar por bueno el 3,9%.