CiU reclamó un adelanto de las elecciones en Cataluña para terminar con un «problema gravísimo de desgobierno». El secretario general de la federación, Josep Antoni Durán Lleida, señaló que ha llegado «la hora» de que los ciudadanos digan «en las urnas» qué Gobierno quieren para «el futuro de nuestro país».

Durán Lleida indicó que Cataluña necesita «un cambio» en la Generalitat porque la actual situación política es «insostenible». Señaló que el problema no es de personas, sino del Gobierno «en su conjunto» y de su presidente, en particular. El dirigente nacionalista reclamó a los líderes del PSC, ERC e Iniciativa que «reflexionen» y comprobarán que las cosas «no pueden seguir así». Durán manifestó que la política catalana hace «el ridículo cada semana» y sus políticos son «el hazmerreír de toda España y media Europa». Una prueba de la precariedad de la situación, dijo, es la remodelación en seis Consejerías de la Generalitat, unos cambios que tienen el objetivo de «de perdurar» en el poder, pero «no de gobernar».

Defensa del Ejecutivo

El primer secretario del PSC, José Montilla, salió en defensa del Gobierno de Maragall y valoró «positivamente» la crisis de esta semana, rebajando el tono crítico. Indicó que el nuevo Ejecutivo es «mejor» para gestionar la reforma del Estatuto de Cataluña que se someterá a referéndum el 18 de junio y demostrará «su capacidad» para satisfacer las expectativas de la ciudadanía.

Montilla rehusó comentar la designación de Vendrell porque había dicho «todo» lo que tenía que decir sobre el asunto. El dirigente del PSC señaló este viernes que si el nombramiento del político republicano «dependiera de nosotros, no sería conseller» y lamentó que sus primeras declaraciones fueran para afirmar que la reforma estatutaria es «una tomadura de pelo» del Gobierno de Rodríguez Zapatero.

El nombramiento de Vendrell también suscitó las críticas del PP, cuyo líder en Cataluña, Josep Piqué, sostuvo que «ningún presidente normal de ningún país normal» hubiese designado consejero al responsable de la campaña de recaudación de fondos entre los cargos de la Generalitat bajo amenaza de despido, unas prácticas que son investigadas por la justicia. Piqué dio la razón a Montilla por criticar el nombramiento si bien calificó de «insólito» que el primer secretario del PSC censure una decisión tomada por un compañero de partido como es Maragall.