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Miércoles, 5 de abril de 2006
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ESPAÑA
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Ibarretxe pide a Zapatero un papel activo en el proceso de paz en el País Vasco
El presidente del Gobierno y el lehendakari deciden que la búsqueda del fin de ETA sea una «tarea compartida»
Ibarretxe pide a Zapatero  un papel activo en el proceso de paz en el País Vasco
INTERCAMBIO. Zapatero, con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, antes de la reunión que mantuvieron en La Moncloa. / EFE
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Juan José Ibarretxe quiere ser un «agente activo» en el proceso de paz en el País Vasco. Así se lo hizo saber ayer el lehendakari a José Luis Rodríguez Zapatero durante un encuentro en el que acordaron que la búsqueda de la paz tiene que ser «una tarea compartida» sin gestos ni medidas unilaterales. Ambos gobernantes mantuvieron su quinta entrevista en dos años para analizar el proceso que se ha abierto tras el alto el fuego permanente de ETA y convinieron que todavía no es el momento de dar pasos políticos sino el de verificar la decisión de la organización terrorista.

Fueron dos horas de conversación «en tono constructivo», según la explicación que dio la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. El presidente del Gobierno y el jefe del Ejecutivo vasco coincidieron en que esta tregua de ETA es distinta de las anteriores y que, por tanto, exige una forma diferente de afrontarla. No es la de 1989 ni la de 1998; en esta oportunidad el alto el fuego viene impulsado no tanto, aunque también, por la debilidad interna, sino por la presión de la sociedad vasca, incluidos los sectores afines a ETA. Ante este cuadro, Rodríguez Zapatero e Ibarretxe acordaron actuar de forma concertada y compartir «información y objetivos».

A tenor de la información que proporcionó Fernández de la Vega, la reunión fue una balsa de aceite, sin el menor reproche u observación. Todo fueron buenas palabras en sintonía, según la vicepresidenta, con «el momento histórico» que se vive y que «trasciende a los intereses partidistas». Ibarretxe prefirió hablar de «momento excepcional». La portavoz gubernamental dio por sentado que se abre una etapa de «entendimiento sincero y leal» entre ambas administraciones en pos de un objetivo común: enterrar la violencia.

Pero tras los halagos, subsistieron ciertas diferencias. La vicepresidenta insistió en que el diálogo debe mantenerse entre «fuerzas democráticas y legales», un condicionante que excluye a Batasuna, mientras que el lehendakari se mantuvo firme en que el intercambio de opiniones debe incluir a «todos», una generalización que incluye a la formación ilegalizada. Fernández de la Vega también señaló que «el ámbito» para el encuentro entre los partidos vascos debe ser el que marca «el cauce de la democracia», el Parlamento de Vitoria, un foro del que la coalición abertzale está ausente. Ibarretxe no se pronunció, pero volvió a señalar que «todas las posiciones son legítimas, tanto la del PP y PSE como las de Batasuna».

El lehendakari subrayó que «el semáforo está en verde» para iniciar un proceso de paz en el que «el protagonismo corresponde al pueblo vasco», pero supeditado a liderazgos «seguros y sensatos». Una idea que, según Ibarretxe, compartió el presidente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo vasco ofreció su «colaboración más intensa» para no desaprovechar «el tiempo de oportunidades y compromisos» que se ha abierto con la decisión de ETA, de forma que el objetivo de la paz «sea irreversible».

La cooperación, a su juicio, se debe plasmar en la verificación del alto el fuego, es decir, la Ertzaintza debe estar al tanto de las evaluaciones del Ministerio del Interior y, a su vez, elaborar sus propios informes. El presidente del Gobierno vasco reclamó también que la colaboración mutua vaya acompañada del reconocimiento de su papel en el proceso porque, si bien «no se trata de una carrera de liderazgos», el Gobierno vasco y su lehendakari tienen que ser «agentes activos» en la búsqueda de la paz y no meros comparsas de las decisiones de Zapatero.

Mesa de partidos vascos

Ibarretxe dijo compartir que aún no es la etapa de las decisiones políticas, pero tras la reunión con Zapatero tomó una: aplazar sine die la constitución de la mesa de partidos vascos. Un foro que el jefe del Ejecutivo central descartó por desfasado, pero que el lehendakari anunció nada más conocerse el alto el fuego; luego, aplazó su formación hasta después del verano, y ayer lo dejó sin fecha. «Es más importante crear las condiciones para acordar que se reúna la mesa», explicó.

Entrar en el debate sobre la metodología de las dos mesas -una de partidos vascos y otra entre el Gobierno y ETA- es «una disquisición de segundo orden», prosiguió el lehendakari. Lo sustantivo, dijo, es «reunirse cuando haya garantías para avanzar y no para tomar un café con leche».

Hasta entonces «habrá que trabajar en silencio y con discreción». Ibarretxe puso en solfa incluso hablar de una mesa porque «tiene menos importancia como llamemos a las cosas», pues «lo relevante» es que «todos podamos hablar».

De la Vega no quiso pronunciarse sobre este punto porque «no es el momento de hablar» de las medidas políticas, sino el de certificar el final de la violencia. El presidente del Gobierno, conforme a la versión de la vicepresidenta, transmitió a su interlocutor tres ideas para afrontar esta etapa: «Cautela, unidad democrática y colaboración». Por otra parte, el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, trasladará hoy el apoyo de su formación al Ejecutivo ante la situación abierta tras el alto el fuego permanente de ETA. Así confirmó que le planteará una «reflexión» acerca del Pacto Antiterrorista «por su condición de excluyente».



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