Son enfermeros desde hace veinte años y desde la semana pasada cuentan en su currículum con un premio otorgado por el XVIII Congreso Nacional de la Asociación Neumosur Enfermería por un proyecto de deshabituación del tabaco a través de auriculopuntura y la acupuntura.

Jose Luis Manzano trabaja como enfermero de empresa, además de ser vocal del Consejo Andaluz de Enfermería e Ignacio López trabaja en el Hospital de Jerez. Tienen casi veinte años de dedicación a la enfermería a sus espaldas y no se han conformado con su horario de oficina sino que han investigado hasta dar con la que puede ser la técnica más cómoda para dejar de fumar.

Han recibido el premio hace tan sólo unos días y aunque aún es pronto para saberlo, creen que es una gran oportunidad en su vida profesional. Llevan tiempo planeándolo y ahora se han decidido: en menos de un mes van a abrir un centro de terapias naturales en Jerez en el que tratarán a pacientes con diferentes técnicas desde la reflexología, los masajes, la acupuntura y también la auriculopuntura. «Para nosotros significa el reconocimiento a una labor de mucho tiempo y, sobre todo, un estímulo para continuar por este camino».

Las semillas de báccara

Las semillas de báccara proceden de un árbol de origen chino. Después de detectar los puntos que sufren alteraciones energéticas, se colocan con un pequeño esparadrapo en la oreja del paciente. Se pueden mantener durante un tiempo para que estimulen el equilibrio energético: «Una de las cosas más positivas de este tratamiento es que no sólo nos ocupamos de la adicción al tabaco o a otro problema en concreto sino que, al tocar varios puntos clave, se solucionan otras patologías como son la ansiedad, el nerviosismo, la depresión, la agresividad o los miedos», asegura Manzano. «Si el paciente necesita unos métodos más fuertes, recurrimos a las agujas».

La experiencia de José Luis Manzano, enfermero en las oficinas de la Agencia Tributaria de Cádiz, demuestra que la terapia es eficaz: «Tratamos a más de ochenta pacientes de manera integral. Nuestros objetivos principales fueron concienciarlos de que debían dejar de fumar por su salud y que, por otro lado, tenían que saber controlar su adicción en el horario de trabajo».

«Tiene la misma efectividad que los tratamientos de la medicina convencional, es decir, que la utilización de parches u otros productos sustitutivos de la nicotina para dejar de fumar», explica Manzano. Los datos son así de claros: «El 45% de los pacientes han logrado combatir su adicción con éxito».

El proceso es bastante sencillo y relativamente breve. En tan sólo unas ocho semanas (que se pueden alargar hasta tres meses dependiendo de las necesidades del paciente) con sesiones semanales de unos veinte o treinta minutos aproximadamente. «Lo ideal es trabajar con grupos de diez o quince personas y tener también muy en cuenta la psicoterapia».

Las principales ventajas del tratamiento con semillas de báccara es que al contrario de lo que ocurre con los fármacos, no existen las contraindicaciones ni los efectos secundarios: «Está muy aceptada entre los pacientes porque no es invasiva, como sí es la acupuntura», explican los enfermeros. Además, puede combinarse perfectamente con los tratamientos de la medicina convencional .

Futura regulación

Aunque todavía la Seguridad Social no administra estos tratamientos en los centros sanitarios públicos «estamos convencidos de que el SAS regulará estas técnicas y ya ha dado los primeros pasos», aseguran, «han hecho un estudio para ver si la gente utiliza estos métodos naturales, cuántos profesionales hay y cuántos centros especializados». También se está avanzando en cuanto a los estudios de naturopatía o acupuntura: «Ya hay diecinueve universidades españolas que tienen asignaturas sobre terapias naturales».

«Queremos dejar claro que los enfermeros con formación están perfectamente capacitados para administrar estas técnicas, aunque muchas veces se nos ha acusado de intrusismo», explican los enfermeros jerezanos. «Son unas técnicas con más de tres mil años de antigüedad mientras que la medicina convencional europea sólo tiene trescientos».