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Martes, 4 de abril de 2006
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La autopsia confirma que Tommaso fue asesinado poco después del secuestro
La Fiscalía italiana, que investiga a un cuarto sospechoso, repite a la opinión pública que el padre no está implicado
La autopsia confirma que Tommaso fue asesinado poco después del secuestro
La madre de Tommaso.
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La autopsia ha concluido que Tommaso Onofri, el niño de 18 meses secuestrado el pasado 2 de marzo en su casa de Parma y hallado muerto el pasado sábado, fue asesinado poco después de su captura. Se confirma así la versión confesada por los dos presuntos asesinos del pequeño, los dos albañiles detenidos el sábado junto a la mujer de uno de ellos, cómplice del delito.

Ayer fue inscrita en el registro de sospechosos, debido a algunas interceptaciones telefónicas, una cuarta persona, el empresario que envió a los dos albañiles a casa de los Onofri para hacer unos trabajos de reforma en verano. Fue en aquellos cuatro meses de convivencia diaria cuando Mario Alessi y Salvatore Raimondi, necesitados de dinero, habrían planeado el rapto.

El resultado de la autopsia parece confirmar en su absurdidad el relato de lo ocurrido: los secuestradores mataron al niño a golpes, presa de los nervios, tras tener un accidente cuando huían en un ciclomotor. Una luz sobre la carretera que creyeron una sirena de la policía les hizo perder el control de la moto. Según han confesado, acabaron asesinando a Tommaso porque no paraba de llorar. La policía encontró ayer los planos del lugar donde tenían pensado tener retenido al niño, por lo que la historia parece encajar.

Entre la maleza

Los padres de Tommaso y una nube de cámaras de televisión acudieron ayer al bosque donde fue hallado el cuerpo, semienterrado entre la maleza. Paolo Onofri, el padre de Tommaso, encontró fuerzas para decir lo que le pasa en estos momentos por la cabeza: «Espero que el sacrificio de mi hijo no sea inútil y sirva para abrir las conciencias, para entender que un niño es una cosa sagrada. No puedo perdonar, se perdona un error, un gesto, una palabra, no consigo perdonar la crueldad premeditada». Después no pudo no referirse a la hipocresía que ha impresionado a todo el país, pues Alessi fingió en varios programas su dolor por el secuestro antes de ser detenido. «Estas personas han traicionado a mi familia, que les acogió y les dio trabajo, han tomado café en mi casa; han traicionado a su hijo, piense en ese niño de seis años, qué futuro tendrá con esos padres; han traicionado a toda Italia», concluyó desolado. Su mujer, destrozada, sólo acertó a decir que no volverá a confiar más en nadie.

«Peligro concreto»

Sabedor del cierto linchamiento mediático al que ha sido sometida la familia, y sobre todo el padre de Tommaso, el fiscal de Parma reiteró ayer que Paolo Onofri no ha tenido nada que ver con el secuestro y nunca ha sido investigado. Onofri se convirtió en sospechoso para medio país cuando se filtró la noticia de que la policía encontró fotos de pornografía infantil en su ordenador, aunque se aseguró que no tenía relación con el caso.

Otra de las incógnitas es por qué Alessi estaba en libertad. Había sido condenado en 2000 por un tribunal de Palermo a seis años de cárcel por violación. En 2004, la sentencia fue confirmada en segunda instancia y sólo quedaba el pronunciamiento del Supremo. Alessi sólo pasó cinco meses en la cárcel y, en teoría, tenía obligación de dormir en su casa de Parma a la espera de la sentencia. «Los hechos denotan una personalidad violenta que hace presumir un peligro muy concreto de reiteración», escribió el juez en la orden de prisión cautelar.



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