Isabel coge el autobús de la línea número 8 todos los días para ir a trabajar y realiza un largo recorrido por toda la ciudad hasta llegar al centro. Como ella, cientos de viajeros utilizan al día alguna de las 17 líneas que la Corporación Jerezana de Transportes Urbanos S.A. (Cojetusa) tiene en Jerez, y salvo algunas quejas o preferencias sobre los recorridos u horarios, el servicio del transporte urbano en la ciudad satisface a la mayoría de los usuarios.

Pese a todo, la realidad es que cada año que pasa los autobuses urbanos pierden viajeros y hacen vanos los esfuerzos de la Delegación de Movilidad y Seguridad, que junto a Cojetusa trata de potenciar cada vez más el uso del transporte público. Las cifras no engañan y desvelan que durante el año 2005 la red de autobuses de Jerez contabilizó 7,5 millones de viajeros, cuando durante el año anterior habían sido algo más de 8 millones.

Las razones que se barajan para explicar esta pérdida de alrededor de 500.000 viajeros se centran en los trabajos que se han realizado en el centro de la ciudad para los aparcamientos subterráneos aunque, como explicaba el jefe del Departamento de Transportes, José Manuel Fernández Gao, «lo lógico hubiera sido que la dificultad de coger el coche por las obras hubiera potenciado el uso del transporte público».

La tendencia a la baja del año pasado coincide con lo ocurrido en 2004, que ya experimentó un gran descenso con respecto a 2003 y que hace que las cifras de uso del autobús se alejan de hitos históricos como los 9,4 viajeros de 1998. En opinión del responsable municipal, «esta falta de uso hay que corregirla, y nuestro objetivo es trabajar para alcanzar los 10 millones de usuarios, pero luchamos con un problema de mentalidad y de falta de costumbre muy arraigados».

Algo parecido piensan los usuarios. Lorena, una madrileña que lleva pocos años en Jerez, considera que «el concepto del uso del transporte público que hay aquí es muy distinto al de las grandes ciudades, donde todo el mundo lo utiliza». A pesar de ello, se muestra muy satisfecha de la calidad del servicio jerezano y destaca como aspecto positivo «la puntualidad con la que se cumplen los horarios».

El precio tampoco es un principal motivo de queja, sobre todo porque la mayoría utiliza el bonobús de 20 viajes que hace mucho más económico cada trayecto (de los 0,90 euros del billete ordinario a los 10,70 del abono, lo que reduce a 0,50 cada trayecto). En el caso de los pensionistas, el desembolso es casi simbólico, de apenas un euro el bono de 10 viajes.

Ésta es sin duda la razón de que los principales usuarios de este servicio sean personas mayores. Una simple ojeada a los puntos neurálgicos de la red de autobuses en el centro (Plaza Esteve, Angustias y Rotonda de los Casinos) hacia las 12 del mediodía no deja lugar a dudas: la mayoría son ancianas con carros de la compra que siguen acudiendo a diario a la Plaza de Abastos.

Una de ellas es Rocío, que se queja de «las malas conexiones para los trasbordos de una línea a otra, lo que a veces nos obliga a andar demasiado pese a nuestra edad». Tampoco está muy satisfecha con el número de asientos que hay en cada coche, aunque reconoce que «a esta hora no hay problema, pero lo peor llega hacia las 14 horas».