Como si no tuviera suficiente con sus rivales de turno, al Cádiz le ha salido últimamente un nuevo enemigo: sus viajes. Si en algunas ocasiones, el retraso en los vuelos ha provocado un cambio radical en los planes de Espárrago, ayer volvieron a protagonizar un nuevo episodio rocambolesco a su llegada a Valencia. El aeropuerto de Madrid-Barajas sufrió una alteración parcial en el despacho de equipajes, como consecuencia de un error en un subconjunto informático del programa de control del sistema de gestión de equipajes (SATE) y la gran mayoría de sus pasajeros, entre ellos la expedición cadista, se encontró con la desagradable sorpresa de que no tenían ni el material deportivo, ni el botiquín médico, ni la camilla, ni los enseres personales. Sólo nueve jugadores tuvieron el honor de poder asearse con sus cosas, mientras que el resto recibió el típico pack para salir del apuro.

Una vez consumada la faena, lo que más preocupaba a la cúpula cadista era disponer de sus camisetas, sus botas y demás avíos para afrontar el partido. En principio, se espera que todo el material llegue a las 8.30 vía terrestre -en un camión-.

La repercusión fue tal que varios medios de comunicación valencianos se plantaron en el hotel de concentración del Cádiz para recoger la impresión de los damnificados. Si algo falla, habría problemas publicitarios, aunque el delegado del Valencia ya se puso en contacto con Chirino para comunicarle que tienen todo su apoyo.