El cadista José Miguel Caballero trata de sortear la entrada del lateral izquierdo palaciego Jaime Otón. :: ANTONIO VÁZQUEZ
LA CRÓNICA

Tres puntos, el mejor elixir posible

Rubén Díaz hizo el tanto de los de Ángel Oliva al aprovechar un rechace dentro del área tras la salida de un saque de esquina El Cádiz B rompe su mala racha de resultados con un pírrico triunfo ante un combativo Los Palacios

PUERTO REAL. Actualizado: Guardar
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Cuando las cosas no están bien, nada mejor que una victoria para comenzar la mejoría. Sienta bien progresar ganando, sobre todo porque el fútbol no tiene memoria y, al final de curso, al Cádiz B, como a cualquier equipo, se le juzgará -en buena medida- en función de lo que dictamine su clasificación. La de ayer ante Los Palacios supuso todo un elixir. Sirve para romper la dinámica negativa en la que había entrado el conjunto de Ángel Oliva y, sobre todo, para recuperar la moral de unos jugadores que, de un tiempo a esta parte, daban la sensación de haber perdido la fe en sus posibilidades antes de empezar a combatir. Esa es, en resúmen, la lectura positiva del encuentro ante los sevillanos.

Seguro que en la libreta del entrenador zaragozano habrán quedado muchos apuntes sobre situaciones que deberá mejorar esta semana. Porque no se puede decir que el Cádiz B fuera muy superior al conjunto entrenado por Sergio Moguer. Los rojillos cayeron presa de sus limitaciones. Eso sí, no se recuerda todavía que haya pasado por El Rosal un equipo tan consciente de dónde se encuentra su listón que el palaciego. Orden táctico, compromiso defensivo, intensidad en todas las acciones... y poco más. Hizo su partido y controló al filial cadista, pero falló en la defensa de una jugada a balón parado.

Esa acción que desequilibró la balanza en favor de los de casa es ya algo repetido. Cuando se encuentra atascado, el recurso de la pelota parada hasta ahora ha estado dando buen resultado en lo que va de la presente temporada.

Ayer le tocó ser protagonista a Rubén Díaz, que se aprovechó de un rechace dentro del área tras la salida de un saque de esquina para batir a Antonio en el minuto 65. Un gol que hace olvidar el hecho de que, antes de este choque, el Cádiz B sólo había sumado 2 de 15 puntos posibles.

En cuanto al juego, es lo más destacable de un partido malo y tosco en el que se dieron muy pocas ocasiones claras y donde las defensas fueron las principales protagonistas. A falta de la movilidad que ofrece Bienve en ataque -el portuense estuvo ausente por enfermedad-, y conocedor de lo mucho que necesitaba los tres puntos, Oliva apostó por un juego directo que buscara las espaldas de la zaga sevillana. Balones a la referencia, como siempre Raúl Amarilla, y a tratar de buscar la entrada de hombres como Rubén Pérez o Diego.

No le terminó de salir la jugada a los amarillos ya que los Llano, Guti, o Lolo no realizaban ningún tipo de concesiones. Al menos, tampoco asumía demasiados riesgos el filial amarillo. En el capítulo ofensivo de los palaciegos apenas se pudo contabilizar un disparo de Salvi a los 28 minutos atajado por Ricardo, un disparo de Juanito o una falta directa que se fue desviada en la segunda parte.

Se consiguió en definitiva lo que se buscaba: ganar como sea. Tres puntos para ser optimistas. Una victoria para empezar a progresar.